MOBER recuerda la importancia de revisar el sistema de inyección

Desde su dilatada experiencia en la reconstrucción y venta de motores, Reconstruidos MOBER constata que el 40% de las averías en los motores se generan por un fallo del sistema de inyección. Y es que un combustible sucio o el fallo de la bomba inyectora, de uno de los inyectores o de la propia gestión electrónica del sistema pueden generar daños irreversibles en el motor del vehículo que obligarían a su reparación y, en el peor de los casos, su sustitución.

consecuencias exceso de gasoil en pistón y cilindro del sistema de inyección

Un inyector que no pulverice bien generará el lavado del cilindro y provocará la fricción entre sus componentes. Las consecuencias serán, a la postre, daños en la cabeza del pistón (por la quema de gasoil acumulado) y el gripado del cilindro. Estos daños irán en proporción al fallo del inyector, o bien al tiempo que esté funcionado el motor con la inyección en malas condiciones.

Del mismo modo, un fallo en el sistema de gestión de la inyección puede provocar que el inyector pulverice más cantidad de gasoil o que lo haga fuera de tiempo, lo que provoca explosiones irregulares que generan sobrecarga en la cabeza del pistón y pueden llegar a fracturarlo.

MOBER aconseja

Por todo estos motivos, la especialista MOBER recomienda revisar el sistema de inyección cada 50.000 kilómetros o en el mismo momento que se detecte un posible fallo. Los principales síntomas de dicho fallo son: falta de potencia, exceso de humo negro, consumo de combustible elevado o fallos en su funcionamiento.

Al realizar periódicamente el desmontaje de los inyectores para su mantenimiento, evitaremos que éstos se queden agarrotados en la culata por el paso del tiempo y reduciremos un posible daño en la culata al extraerlos que podría llevar a la sustitución tanto del inyector como de la culata.