ZF Aftermarket dobla su gama de amortiguadores electrónicos CDC

Los talleres tienen ahora acceso a un número de referencias significativamente mayor de amortiguadores Sachs CDC de ajuste electrónico.


45Además de los vehículos de categoría superior y los deportivos, muchos vehículos de gama media y SUV también equipan amortiguadores de ajuste electrónico, como es el caso de la tecnología CDC (Control de Amortiguación Continuo) de Sachs. Para ayudar a los talleres a seguir siendo competitivos, ZF Aftermarket anuncia una importante ampliación de su programa de recambios para amortiguadores electrónicos Sachs CDC. Con la introducción significativa de nuevas referencias, la empresa duplica el número de referencias de recambio originales Sachs disponibles para la posventa independiente.

ZF Aftermarket dobla su gama de amortiguadores electrónicos Sachs CDC

El sistema de amortiguadores electrónicos se produce a gran escala desde mediados de la década del 2000 y se ofrece para muchos vehículos de serie, incluso en modelos compactos. Hasta la fecha, ZF ha producido más de 34 millones de amortiguadores Sachs CDC y el proveedor líder mundial puede asegurar a los talleres que, lejos de ocupar una pequeña cuota de mercado, «estos amortiguadores electrónicos se instalarán en cada vez más vehículos de las flotas de sus clientes».

ZF Aftermarket ha respondido a esta tendencia creciente añadiendo 23 nuevas referencias a principios de 2023, incrementando notablemente de esta forma su oferta de amortiguadores CDC para el aftermarket. La nueva ampliación de la gama cubre una gran variedad de marcas y modelos, como el Audi A6, los modelos BMW 5 y 6 o el Porsche Macan, entre otros.

Sachs CDC amortiguadores con ajuste electrónico

¿Cómo identificar amortiguadores electrónicos en el taller?

Antes de llevar a cabo cualquier reparación, el taller debe averiguar si el vehículo lleva instalados amortiguadores electrónicos, por lo que debe saber cómo hacerlo. En algunos casos, es posible que el propio propietario ni siquiera conozca esta característica de su vehículo, por ejemplo, si compró el coche de segunda mano.

Si el vehículo está equipado con un CDC que tiene una válvula externa, es fácil. En este caso, la válvula proporcional, responsable de ajustar las fuerzas de amortiguación, se encuentra externamente en la sección inferior del tubo del amortiguador.

Sin embargo, si está equipado con amortiguadores con válvulas internas, éstas sólo se pueden identificar por el cable que sobresale del vástago del pistón. Y éste se encuentra en una zona del vehículo que, en la mayoría de los casos, es desconocida para el mecánico ya que no es necesario inspeccionarla ni al cambiar la rueda. Por lo tanto, tienen que buscar otras cosas que indiquen la presencia de un sistema de amortiguación electrónico. Estos pueden encontrarse en forma de interruptores o botones con el símbolo de un amortiguador en la cabina o en la zona de la pantalla; también habrá luces de advertencia en el salpicadero para mostrar los defectos.

Dado que el desgaste de los amortiguadores es gradual, a menudo los conductores no se dan cuenta del cambio en el comportamiento de su vehículo, o simplemente se van acostumbrando. Los componentes electrónicos hacen más difícil que los talleres detecten los signos de desgaste de estas piezas, porque hasta cierto punto las válvulas variables pueden compensar los efectos. Además, los amortiguadores electrónicos no pueden probarse con precisión mediante los métodos convencionales de prueba de amortiguadores.

Pero, sin embargo, el desgaste está ahí. Por ejemplo, si la cinta de sellado alrededor del pistón del amortiguador se desgasta, se formará una derivación de aceite en este punto que el sistema de control no puede compensar. Por lo tanto, la durabilidad de los amortiguadores variables no es en sí misma mayor que la de los diseños convencionales, puramente hidráulicos. De este modo, al final de la vida útil se producen los mismos efectos negativos en la seguridad de la conducción: los mayores movimientos de la carrocería y la pérdida de contacto entre el neumático y la carretera pueden provocar distancias de frenado más largas y, por consiguiente, una conducción más insegura.

 

zf

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