Las estimaciones de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) indican que el coronavirus se ha cobrado ya unos 5.000 empleos en el sector de la distribución del automóvil, como consecuencia de contratos temporales y de servicio no renovados.
La patronal de la distribución deja en manos de la gestión del Gobierno el impacto final del COVID-19 sobre la economía y el empleo en el sector, pero teme que la prórroga del estado de alarma pueda elevar esa cifra hasta los 25.000 empleos perdidos en 2020.
Como ya han pedido otras patronales para su sector, Ganvam también pide la flexibilización de la gestión de los ERTEs por causa de fuerza mayor de las empresas de venta y reparación, para evitar la «destrucción masiva de empleos».
Ganvam recuerda la caída de la actividad en el sector de la distribución de coches, con desplomes de más del 95% en la facturación de los talleres, descensos de más del 60% en las ventas de vehículos usados y bajadas de más del 85% en las matriculaciones. Por todo ello, la asociación entiende que queda acreditada la causa de fuerza mayor y pide a la Administración que no extreme su postura en la petición de pruebas a aquellas empresas que apuesten por un ERTE.
Reactivar la economía
En paralelo, la patronal de la distribución considera necesaria la activación de medidas de estímulo que permitan devolver la confianza y reactivar la maquinaria del consumo. Además, insiste en la puesta en marcha de ayudas directas a las pymes del sector en un momento en el que la falta de ingresos dificulta ya no solo el pago de los gastos fijos actuales sino el pago de las deudas que adquieran con los bancos a través de las líneas de avales planteadas por el Gobierno.
Según el presidente de Ganvam, Raúl Palacios, «teniendo en cuenta que las redes de distribución de coches operamos con márgenes inferiores al 1% sobre la facturación, esta situación va a suponer cerrar el año en pérdidas, con las consecuencias que esto va a tener sobre el empleo».
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