El primer taxista con coche eléctrico en España asegura un ahorro del 25%

Roberto San José desgranó en el II Salón del Vehículo Eléctrico de Gran Canaria el ahorro que ha tenido desde que apostó por un Nissan Leaf.


Roberto San José comenzó a conducir un taxi eléctrico en 2011, siendo el primero de España en apostar por este tipo de vehículos. ¿Su balance actual? Una reducción del 75% en sus gastos de taller y combustible y un ahorro total (incluido la compra del coche) del 25%.

Roberto San José

En el II Salón del Vehículo Eléctrico del Cabildo de Gran Canaria, Roberto San José desgranó el ahorro logrado tras la compra de su Nissan Leaf. Con este vehículo asegura llevar gastados 36.000 euros, frente a los 47.600 que le hubiera costado un coche convencional.

El vehículo eléctrico casi no pisa un taller, explicó, «porque no tiene caja de cambios, ni embrague, no hay que cambiar la correa de distribución, ni el aceite ni el filtro, y lo único que es necesario reponer es el filtro del aire acondicionado, que ronda los 50 euros».

En más de seis años y con 327.000 kilómetros recorridos, tampoco ha tenido que cambiar una batería que aún ronda la mitad de su capacidad. Tampoco se ha tenido que preocupar por las pastillas de freno.

Si hablamos de ahorro en combustible, el Leaf de San José puede hacer 1.000 kilómetros con solo 20 euros. ¡La ruina de las petrolíferas!

Por todas esas ventajas, San José se mostró convencido que la transición a una movilidad sostenible es inevitable y que el vehículo eléctrico es el presente.

Dudas del sector taxi

La autonomía de la batería es una de las grandes dudas que aún acechan a los taxistas. Los asistentes a la charla quisieron saber si es suficiente para dos turnos de trabajo. «En los coches nuevos, con más capacidad, sí», aseguró San José, porque es posible hacer una carga rápida en el cambio de turno o bien en la parada mientras espera a los pasajeros.

El desgaste de la batería fue otra de las preocupaciones de los profesionales del sector, que el taxista también disipó. Y es que, de las doce barras que tenía cuando compró el coche, llegó a la mitad después de los 320.000 kilómetros. Pero eso con las baterías de su época, porque los fabricantes ya ofrecen una garantía del 70% a los ocho años.

La potencia es también suficiente, apuntó, «porque tiene de sobra al disponer de 150 caballos y llegar hasta los 150 kilómetros por hora, y tampoco es un problema, al igual que el precio más elevado al comprarlo, porque entre las subvenciones y la disminución del gasto, la amortización es muy rápida».

 

motorok

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