Consejos de BG Products para rentabilizar aún más la revisión de frenos

Un reciente estudio de Gipa señala que el 61% de los conductores ha cambiado o revisado los frenos en los últimos 12 meses, frente al 58% que lo hacía en 2019. Esto contrasta con otro estudio, el de la patronal de talleres CETRAA, según el cual el 24% de los turismos de hasta cinco años que visita el taller lo hace con los frenos «muy desgastados». Un porcentaje que ascendía al 20% en 2019. Asimismo, en los turismos de más de diez años, el 76% llega al taller con unos frenos muy desgastados, frente al 71% que lo hacía en 2019. Sea como sea, siempre es un buen momento para que el taller recomiende a sus clientes la revisión del sistema de frenada. BG Products, fabricante norteamericano de químicos, aditivos y maquinaria cuyos productos son distribuidos en España por Guaja Trading, presenta a los talleres su gama de soluciones para hacer aún más rentable la revisión de frenos de sus clientes.

consejos de BG Products para que los talleres rentabilicen la revisión de frenos

Para realizar cambios de discos, pastillas y/o líquido de frenos en el taller más rentables, el mecánico profesional cuenta con las soluciones que propone BG Products. Así, independientemente del vehículo que visite el taller, la marca ofrece líquidos de freno DOT 4, Super DOT 4 y DOT 4 de baja viscosidad, incluso DOT 3, que cumplen con todas las especificaciones internacionales.

Asimismo, el taller puede contar, para operaciones más eficientes, con su máquina para el intercambio del líquido de frenos BG PF7 Brake System Service, que elimina de manera rápida, efectiva y limpia, y en pocos minutos, el líquido usado, reemplazándolo por el nuevo.

Su oferta para el sistema de frenos se completa con el limpiador de frenos PN 413 BG Brake Cleaner que limpia, desengrasa y es fácil de usar al aplicarse sin desmontar la unidad de freno; el antichirridos PN 860 BG Stop Squeal que elimina o previene el ruido de los frenos al impregnar la pastilla con ingredientes que reducen la adherencia entre la pastilla y el disco); y la grasa de frenos PN 605 BG Brake Lube que se aplica al soporte de la pinza.

¿Qué debe incluir una revisión de frenos profesional?

Si no se escuchan ruidos sospechosos ni hay vibraciones que impulsen a acudir al taller, conviene evitar riesgos y se recomienda una revisión del sistema de frenos cada 15.000-20.000 kilómetros, algo que habitualmente coincidirá con la revisión anual.

Revisiones de las pastillas: las pastillas de freno están en buen estado hasta que alcanzan su espesor mínimo, es decir, el espesor por debajo del cual no funcionan correctamente. Suelen incluir un indicador de desgaste que señala cuándo reemplazarlas. Dependiendo del tipo de sistema de frenos, es posible que tenga un indicador de desgaste eléctrico o acústico.
Revisiones de los discos: los discos de freno también deben reemplazarse cuando alcanzan su espesor mínimo. Deben realizarse mediciones con un calibre en al menos cuatro puntos diferentes del disco y el valor más bajo se utiliza como referencia. Este valor debe compararse con el número grabado en el disco e indicado como «MIN TH» y, si la medida tomada muestra valores inferiores, el disco debe sustituirse. Lo más importante es que los discos se reemplacen por pares (mismo eje), incluso si solo uno está por debajo del nivel mínimo de desgaste.
Revisiones del líquido de frenos: este fluido es imprescindible para que el sistema esté bien lubricado. Su presencia asegura una distancia de frenado correcta y protege de cualquier peligro. Por el contrario, si el nivel es bajo y/o el líquido se ha agotado, podría generarse el llamado bloqueo por vapor (vapor lock), es decir, un peligroso sobrecalentamiento del sistema, con la consiguiente imposibilidad de frenar en la distancia correcta.
Revisiones de las pinzas: a diferencia del resto de componentes del sistema de frenos, las pinzas de freno no se dañan ni se rompen por fricción, sino por desgaste normal o causas imprevistas. En condiciones meteorológicas extremas, su vida útil se reduce puesto que la nieve, las heladas, la sal o los agentes químicos actúan negativamente sobre ellas.

Otros elementos del sistema a revisar en el taller son los rodamientos y el cubo de rueda (holguras, daños…), las tuercas, las roscas del perno de la rueda y el tubo flexible del freno, entre otros componentes.