En la reparación de un vehículo eléctrico y uno de combustión existen muchos aspectos comunes pero también hay diferencias que exigen ciertas instalaciones y herramientas específicas, así como una formación adecuada por el peligro que significa trabajar con alto voltaje y la dificultad de los nuevos sistemas electrónicos de asistencia a la conducción (ADAS) y mejoras tecnológicas electrónicas que presentan los automóviles modernos.
En el debate sobre las diferencias entre tipología de vehículos y un posible incremento en el coste de la reparación, pienso que el manejo de la batería de alto voltaje podría propiciar esa posible subida del precio y lo haría por varios motivos:
- Requiere personal más especializado y con más costes de formación.
- La manipulación de vehículos de alta tensión es un trabajo que entraña peligrosidad y por ello está sujeto a fuertes normas de seguridad, lo que puede suponer procesos que requieran más tiempo y organización.
- Las herramientas específicas son, hoy por hoy, bastante caras.
Existe otro tema que se debe tener en cuenta de cara a reparaciones de chapa, y son aquellas reparaciones (Bancadas) que lleven mucho tiempo y en las que se haya tenido que desmontar la batería de alta tensión, ya que almacenar esas baterías por un tiempo prolongado puede ser complejo, y los talleres se deben preparar para ello.
Respecto al proceso de pintado de un vehículo eléctrico, este no difiere en exceso de los vehículos convencionales, pero sí existe un elemento a tener en cuenta a la hora de pintarlos: la temperatura de secado. En los VE nunca debe de superar los 55ºC, y nuestras cabinas normalmente secan a 60ºC. Esto supone el uso de un catalizador para poder secar la pintura a temperaturas bajas, y que sea conocido por todos, pues si esto es así, el uso de dicho catalizador eleva los costes de pintura.
Otro tema a tener en cuenta, aunque a día de hoy se desconoce el alcance exacto sobre cómo afectará a las reparaciones y pintado de vehículos, es el hecho de que en el futuro se utilizará toda la carrocería como «carcasa» de baterías, usándose para almacenar energía. No sabemos qué impacto tendrá, pero resulta evidente que afectará a las reparaciones.
En cuanto al futuro de la reparación de carrocería en el vehículo eléctrico, pienso que tenemos mucho camino por recorrer: manejos de baterías, transporte, reparación, reciclado, aprovechamiento de segunda vida de la batería, almacenamiento durante reparaciones, formación constante, reparaciones de otros componentes en alta tensión, la responsabilidad de reparaciones complejas en el taller, etc. ¡Un reto y una oportunidad por delante!
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