Cuando guardamos nuestro vehículo en un garaje privado, pocas veces nos damos cuenta de que la puerta de acceso al mismo tiene mucho que decir. Y es que las puertas de garaje elegidas pueden darnos rapidez al meter el coche, resistencia ante bajas temperaturas, o ambas.
¿Cuál es la mejor puerta para instalar en un garaje privado? Las puertas correderas automáticas suelen ser las más utilizadas, pues resguardan bien al vehículo y permiten acceder o salir en poco tiempo. Pero hay más ejemplos.
Vayamos a conocer cuáles son los mejores tipos de puertas de garaje, los anclajes que necesitan y sus ventajas. Pero antes de lanzarse a la compra, hay que mirar siempre las dimensiones y si es factible o no colocarlas.
Las puertas correderas automáticas, todo un éxito
Facilidad y agilidad para el acceso, resistencia ante bajas o altas temperaturas y cero espacio interior al abrirse. Estas son las tres principales ventajas de las puertas de garaje correderas.
Su adjetivo «automático» viene dado por un motor que se le puede instalar de forma muy sencilla. No obstante, es mejor dejar esta tarea a un especialista. Una vez equipado el motor, la puerta se abre con solo accionar un botón, y de forma muy rápida.
Por otra parte, el material del que esté hecha verificará su mejor o peor resistencia a las temperaturas y humedades. Pero al poder llegar hasta los laterales para guardarse, el aire se filtra muy poco.
Por último en este primer tipo de puerta de garaje, hay que hablar del poco espacio que ocupa. Y es que al ir de un lado hacia el otro, la puerta corredera no estorba ni se dobla.
Puertas basculantes: facilidad de instalación
Las puertas basculantes son otro ejemplo de uso generalizado en España. Su peculiaridad reside en que tienen la posibilidad de girar sobre un pivote, por lo que se doblan por el centro. En este caso, al abrirse la puerta sí quita espacio al interior del lugar. Si se requiere un garaje con espacio libre, no es una de las puertas más aconsejables.
Pero por otra parte, su facilidad de instalación sí que destaca. Y es que no hay que hacer obra en las paredes, solo hay que instalarla y asegurarse de que funciona. El pivote excéntrico debe girar de forma adecuada para evitar cualquier fallo cuando se acciona el botón.
También es una gran opción en lo que a resistencia se refiere. Es una puerta que no se mueve y queda siempre fija, aunque haya mucho aire. Soporta muy bien los cambios bruscos de temperatura y no permite el paso de humedades ni otras circunstancias temporales.
Por lo tanto, hablamos de una puerta muy resistente, de fácil instalación y que no produce ruido. No obstante, sí tiene la desventaja de ocupar un espacio que otras puertas no generan.
Puertas seccionales para el ahorro de espacio
Si por algo destaca el último ejemplo sobre puertas de garaje es por el espacio que nos podemos ahorrar al instalarla. Las puertas seccionales se pliegan de tal forma que pueden recogerse hacia el techo o las paredes laterales.
El procedimiento es el siguiente: se instalan unas vías o raíles por los que circula la puerta cuando se abre o se cierra el acceso. Entonces se pone la puerta, que suele ser de un material resistente pero que permita el desplazamiento con facilidad. Este material en ningún caso puede entorpecer el recorrido que va a realizar la puerta.
Después, solo es necesario accionar un botón para que la puerta, equipada también con un motor, se abra de manera automática.
Así pues, las puertas seccionales resultan una de las mejores opciones para instalar el acceso a los garajes privados.
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