Las tasas de accidentalidad en nuestras carreteras muestran una curva a la baja que ha logrado la reducción de accidentes con víctimas mortales en torno a cinco veces desde 1989 y a pesar de que el número de vehículos por entonces era la mitad que ahora.
De las 9.344 víctimas de 1989 (el año más trágico de nuestra historia) hemos pasado a las 1.810 de 2016, y de los 11,6 muertos diarios en carretera en el año 2000 pasamos a los 5 en 2016.
La mejora de las infraestructuras o la concienciación de los conductores al volante explican, en gran parte, la reducción de accidentes en España y que nuestro país tenga una tasa de fallecidos por debajo de la media europea (39 muertos por millón de habitantes frente a los 51 de Europa).
Sistemas de seguridad, cada vez más y mejores
Los sistemas de seguridad en los automóviles han experimentado un espectacular progreso en los últimos años gracias al avance de las nuevas tecnologías y la electrónica.
Si bien los nuevos avances no podrán alcanzar nunca las cifras de mejora que aportaron los primeros métodos (airbag, ABS, etc.), toda contribución es poca. Además, el entorno y el error humano serán factores siempre impredecibles que escapan al control total por parte del automovilista. Y es precisamente aquí donde entran los sistemas de asistencia a la conducción.
Estos métodos de seguridad se integran cada vez con mayor asiduidad en los modelos de nueva fabricación y todos ellos aportan datos muy esperanzadores en cuanto a la reducción de accidentes.
Estudio de HELLA
Como muestra un estudio del proveedor de componentes HELLA, especialista en electrónica e iluminación, en torno al 30% de los accidentes ocurren de noche, cuando la agudeza visual está más limitada.
De esta forma, los nuevos sistemas de iluminación son capaces de adaptar y regular su haz de luz para no interferir en la trayectoria de otros conductores, o de identificar peatones y obstáculos para una detección más rápida por parte del piloto.
El papel del Taller también importa
Los talleres, responsables de la puesta a punto de los vehículos, también necesitan de equipamientos específicos y formación especializada para el correcto mantenimiento de estos sistemas.
Cada vez que el coche sufre una avería o algún daño en la carrocería, los sensores y radares responsables del funcionamiento de los sistemas de seguridad ADAS deben ser nuevamente regulados y calibrados. De no ser así, la información recogida y los indicadores mostrados pueden dar resultados erróneos.
Solo este tipo de equipos faculta al profesional para realizar una puesta apunto completa de los sistemas ADAS, que será indispensable para cualquier taller de aquí a unos años.
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