Por tercer año consecutivo, el equipo Porsche patrocinado por Schaeffler se ha alzado con la victoria en la prueba de resistencia más famosa y mediática del mundo, Le Mans.
El Porsche 919 Hybrid compite en la categoría LMP1, destinada a vehículos híbridos con una potencia de más de 900 caballos. Una categoría que representa a la perfección el potencial de la hibridación en la competición y la apuesta de Schaeffler por liderar la electrificación del automóvil en todos sus ámbitos.
Le Mans es una carrera muy especial, en la que no se pueden hacer previsiones sin correr el riesgo de equivocarse, y este año no ha sido una excepción. En esta edición, los problemas de fiabilidad durante las primeras horas de la noche llevaron al desastre al equipo Toyota, rival a batir y candidato firme a la victoria.
El Porsche número 1, que venía realizando una gran carrera y se mantenía en posiciones de cabeza, se hizo con el liderato. Sin embargo, y cuando la victoria parecía la justa recompensa a su regularidad, sufrió un fallo de motor que le llevó a la retirada a falta de menos de cuatro horas para el final.
Una remontada para la victoria en Le Mans
Fue entonces cuando la baza olvidada del equipo, el coche número 2, comenzó a entrar en los planes. Y es que el bólido pilotado por Bernhard, Bamber y Harltley había quedado fuera de todos los pronósticos tras sufrir una avería en los primeros compases de la prueba que le detuvo en boxes durante casi una hora. Muy retrasado en la clasificación, nada indicaba que estaba por cumplir un papel protagonista de la función.
Tras la rotura sufrida por el Porsche número 1 cuando iba líder, las miradas se dirigieron hacia el segundo coche del equipo, que llevaba horas remontando puestos a un ritmo endiablado. Tras el dramático abandono de sus compañeros, las calculadoras comenzaron a echar humo para descubrir si era posible alcanzar al líder, el Oreca 07 de la categoría LMP2 perteneciente al equipo del actor Jackie Chan. Con dos de los Toyota oficiales fuera de carrera por avería y el tercero hundido en la clasificación, este Oreca pilotado por Tung, Jarvis y Laurent era el rival a batir.
El Porsche número 2, el más rápido en pista, se encontraba entonces en quinta posición, a más de tres vueltas de la cabeza. Comenzó entonces el tramo final de esta carrera de guión inesperado, que se decidió en la hora 23, con la toma de un liderato que el Porsche no vería peligrar hasta ver ondear la bandera a cuadros. Una meritoria victoria que representa para Schaeffler un importante éxito en la prueba más importante del automovilismo mundial.
There are no comments
Add yoursLo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Related Articles