Un conector OBD, actualmente abierto y accesible, permite a los talleres de reparación conectar equipos de diagnosis al vehículo para realizar los mantenimientos periódicos que requiera, diagnosticar eficientemente fallos en el mismo, reprogramar o actualizar software, entre otras funciones.
Todo ello, para conseguir un parque de vehículos más seguro y proporcionar un valor añadido a los automovilistas.
Sin el conector OBD, los talleres de reparación solamente tendrían acceso a realizar dichas operaciones de forma remota, conectando directamente con el vehículo a través de servidores controlados por los fabricantes.
Sin acceso al conector OBD, el sistema quedaría por completo bajo el control exclusivo de los fabricantes, con los consiguientes perjuicios:
- Falta de supervisión del uso que se haga de los datos generados por el vehículo.
- Retraso en la comunicación entre el taller y el vehículo, ampliando y encareciendo los tiempos de reparación.
- Límites a la libre competencia, a la innovación empresarial y a los derechos del consumidor a la libre elección de taller y a una información veraz.
¿Por qué explicamos esto?
El pasado mes de febrero, el Parlamento Europeo aprobó más de 184 enmiendas para ser tenidas en cuenta en el Proyecto del Reglamento de Homologación COM (2016) 31, que regulará la competencia futura en el sector de la posventa de automoción a nivel europeo.
Entre las enmiendas aprobadas para mejorar el marco legislativo actual, relacionadas con el diagnóstico, reparación y mantenimiento de los vehículos (RMI), la más importante era mantener el puerto OBD del vehículo abierto y accesible a todos los agentes de la posventa.
Pero, una vez aprobadas estas enmiendas por el Parlamento Europeo, es necesario llegar a un acuerdo entre la Comisión Europea, el propio Parlamento Europeo y el Consejo de la UE.
El problema radica en que el Consejo, donde están representados los gobiernos nacionales de los Estados miembros de la UE (también España) todavía no ha discutido las disposiciones relacionadas con la RMI y, por tanto, no ha emitido ninguna opinión sobre dichas enmiendas.
Esta incertidumbre podría favorecer la no mención al mantenimiento del conector OBD abierto y accesible, posibilitando a los fabricantes de vehículos cerrar su acceso en los nuevos modelos que se fabriquen a partir de 2018.
CETRAA reclama con carácter prioritario que en la reunión del Consejo de la UE del 18 de octubre, se discutan las disposiciones sobre la RMI y las enmiendas aprobadas por el Parlamento Europeo. La asociación ha solicitado al Gobierno español que apoye las enmiendas aprobadas por el Parlamento Europeo, sobre todo la relacionada con el mantenimiento del puerto OBD.
El conector OBD es imprescindible para la supervivencia de las PYMES y MICROPYMES que operan en el sector de la posventa de automoción en España (unas 64.000), que dan empleo a 400.000 trabajadores y atienden a más de 27 millones de automovilistas.
CETRAA termina advirtiendo de que los riesgos que esta situación genera para el sector son enormes, con una posible desaparición de la libre competencia de mercado.
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