La lubricidad es uno de los parámetros más importantes del pliego de condiciones de un gasóleo A. Y es que, desde el depósito hasta la cámara de combustión, el gasóleo es el único elemento responsable de lubricar todo el sistema de inyección. En una nota técnica, el fabricante de grasas y lubricantes Lancar explica el proceso de medición de la lubricidad en gasóleos y los riesgos de algunos aditivos EP (alta presión) debido a su aporte de SAPS.
¿Cómo se mide?
La norma EN-590, que define un gasóleo A europeo, establece que el ensayo tribológico es el instrumento que determina la lubricidad de un gasóleo en función de la huella de desgaste que genera. Dicho ensayo, denominado EN ISO 12156-1, se realiza en un banco llamado HFRR (High Frecuency Reciprocating Rig) y bajo unas condiciones que simulan las condiciones de lubricidad a las que se somete el gasóleo (50 Hz de frecuencia y una baja carga de apenas 200 gr). El WSD (Diámetro Medio de Huella) máximo que establece la norma EN590 para gasóleo A es de 460µm (micrones, o la milésima parte de un milímetro).
Los ensayos EP, un obstáculo en la simulación correcta de lubricidad
Desde Lancar recuerdan que, a pesar de lo indicado arriba, los ensayos tribológicos que funcionan a mayores cargas no simulan correctamente las condiciones de lubricidad a las que se somete el gasóleo en el vehículo. Y es que los ensayos EP (a Extrema Presión) funcionan a enormes cargas que llegan hasta los 800 kilos. Los aditivos que se prueban en condiciones EP, en la mayoría de casos, no aportan nada en el régimen de lubricación de los sistemas de inyección ya que los aditivos EP no se llegan a activar en este régimen.
Por otra parte, los aditivos EP suelen estar basados en zinc, fósforo o azufre. Esto implica que aportan SAPS, unos elementos que pueden poner en riesgo post-tratamientos como los de los filtros de partículas. La propia norma EN-590 limita la presencia de cenizas y contenido de azufre en los gasóleos.
En este sentido, productos con aditivos mejoradores de lubricidad como son Lancar TD o Lancar TCD, ayudan a reducir drásticamente la huella de desgaste en HFRR y, por extensión, a mejorar la lubricidad de los sistemas de inyección y alargar su vida útil. Además, aportan cero SAPS y por lo tanto son productos 100% seguros y fiables para todo tipo de post-tratamientos.
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