La gran aventura de FARE a través del desierto

El pasado mes de noviembre FARE organizó, por octavo año consecutivo, una salida solidaria por Marruecos. La iniciativa tiene como objetivo recorrer las zonas rurales del país y repartir entre los poblados una gran cantidad de material para ayudar a las personas más necesitadas, como ropa y bolígrafos.


La aventura contaba inicialmente con un recorrido más breve, entre las ciudades catalanas de Pals y St. Cugat del Vallès. Pero el grupo de amigos disfrutó tanto con esta experiencia, que decidieron ampliar el recorrido y llegar hasta el corazón de Marruecos.

El convoy, compuesto por 4 vehículos todoterreno bien equipados, contó con el soporte logístico de FARE, así como ropa, piezas de repuesto y todo lo necesario para completar con éxito la travesía a través del desierto en estado puro.

Durante los días que duró la aventura se sucedieron divertidas anécdotas: el grupo pudo disfrutar de una paella en el desierto gracias a que uno de los miembros del equipo es cocinero, comieron  a la sombra de las palmeras y disfrutaron de la alegría de los niños al regalarles caramelos. Aunque también se encontraron con las dificultades propias de una ruta tan exigente: diversos pinchazos de las ruedas, quedarse atrapados en las dunas, algunos problemas mecánicos con los vehículos (como la rotura de los inyectores) que pudieron reparar gracias a la habilidad de un mecánico marroquí que trabajó sin descanso durante toda la noche.

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«Es una experiencia única. Compartes con buenos amigos momentos divertidos mientras disfrutas de un paisaje inigualable y gente muy amable. Eso además de ayudar a las familias que más lo necesitan. Ver la sonrisa de un niño al darle un bolígrafo, ropa o un caramelo es muy agradable» afirma Pere Foixench de FARE.

 

El recorrido

El punto de partida de la caravana fue Pals, al igual que en las anteriores ediciones. Recorriendo la costa catalana hasta llegar a St. Cugat. Desde allí la siguiente parada en la ruta fue la Ciudad Autónoma de Melilla. El recorrido escogido para este año bordeaba toda la frontera argelina.

El siguiente punto en la ruta es Nador,  situada  a las faldas del Rif, en la costa junto a la laguna litoral  “La Mar Chica Bou Areg”, es un lugar ideal para el turismo de playa y los deportes náuticos.

Para llegar a la siguiente ciudad, Midelt, el convoy atravesó el Atlas por carreteras de curvas, entre la arena del desierto, piedras, caminos angostos, subidas y bajadas. Una etapa divertida pero exigente, que puso a prueba la pericia de los conductores y la resistencia de los 4×4.

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El grupo viajó a continuación en dirección a Rissani, una región con numerosas pistas de tierra, ideales para los amantes del todo terreno.

Tras Rissani, el convoy puso rumbo a Merzouga.  Ver amanecer en la gran duna de Merzouga es un espectáculo impresionante, y recorrer esta gran duna en buggy (algo que pudieron hacer) garantiza emoción y adrenalina a partes iguales. En el corazón de Erg Chebbi, disfrutaron de la auténtica experiencia bereber, con un paseo en camello por las dunas del Merzouga, un té, una cena nómada y una noche en jaima con los nómadas.

La siguiente parada fue Taouz, donde contrataron un guía que les acompaño en el camino durante cuatro días. La relación entre ellos fue tan buena, que el guía les invitó a su casa a disfrutar de un té. Taouz es un pueblo sencillo, al igual que sus gentes, pero muy hospitalarios.

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Zaroga fue una parada obligada en el camino, para revisar los vehículos, recibir asistencia técnica y una puesta a punto. Todos los años pasaban a visitar a Mohamed el “Gordito”, un buen mecánico muy conocido en la zona y una gran persona. Pero con pesar supieron que había fallecido recientemente.

En Ouarzazte hicieron un alto para visitar a un distribuidor de FARE en la zona. Fue una reunión entre viejos amigos, que disfrutaron charlando y tomando un amigable té.

Tras recorrer parte de Marruecos bordeando la frontera algeriana, el convoy de FARE se adentró con los 4×4 atravesando el desierto por las antiguas pistas del Paris-Dakar para llegar a las grandes dunas de Erg Chegaga. Se trata de las dunas más grandes de la región con una altura de 300 metros y una extensión de varios kilómetros.

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La última parada fue Marraquech, en la Plaza Esaquira, donde el equipo FARE se relajó tomando café, disfrutando de las vistas de la ciudad, felices tras la gran aventura vivida pero con la añoranza de finalizar el viaje y preparar el camino de regreso a casa.



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