Rogen incorpora la desinfección por ozono a su catálogo de productos

Industrias Rogen incorpora a su gama de productos un nuevo generador portátil para la desinfección por ozono. La empresa distribuidora de maquinaria para talleres ha decidido incorporar a su oferta esta tecnología tras llevar a cabo un estudio de investigación que le permite certificar la eficacia del gas ozono en la inactivación del COVID-19 y otros virus, algo que desde algunos sectores se pone en entredicho debido principalmente a las limitaciones de muchos de los equipos presentes en el mercado destinados a estas labores.

El generador de ozono de Rogen opera silenciosamente (35 dB) en un tamaño compacto (230x180x170 mm) y cuenta con una asa superior para facilitar su manejo y portabilidad. Presenta un bajo consumo de energía y su mantenimiento es igualmente bajo. El equipo, de menos de 3 kilos de peso y un flujo de aire máximo de 100 CFM (2,8 m3/min), trabaja sin productos químicos y no deja contaminación residual.

El ozono elimina todo tipo de olores y erradica los agentes contaminantes adheridos en paredes, suelos y techos de los habitáculos tratados, así como aquellos que están suspendidos en el aire: bacterias, virus, hongos y compuestos orgánicos volátiles. Este gas destruye los gérmenes y moléculas de olor sin químicos ni filtros, de una manera segura y limpia.

El equipo de Rogen cumple con las directivas actuales (EMC 2014/30/UE, LVD 2014/35/UE y UNE 400-201-94) y es valido para distintos servicios, desde interiores de vehículos a talleres y otros establecimientos de hasta 1.000 m2. La empresa cuenta con el stock suficiente para garantizar el suministro a sus clientes en 24 horas.

Apuesta por el ozono tras certificar sus garantías

En este enlace, los interesados pueden acceder a la página web de Industrias Rogen en la que se recoge la investigación llevada a cabo por la Universidad de Medicina de Nara (Japón) y que certifica la eficacia del ozono para la inactivación del nuevo coronavirus COVID-19.

En concreto, la ozonoterapia permite alterar la integridad de la envoltura celular bacteriana a través de la oxidación de los fosfolípidos y las lipoproteínas. En contacto con hongos, el ozono inhibe el crecimiento celular en ciertas etapas. Con los virus, el gas daña su cápside viral y altera el ciclo reproductivo al interrumpir el contacto del virus a la célula con la peroxidación. Los débiles recubrimientos enzimáticos en las células que los hacen vulnerables a la invasión del virus los hacen susceptibles a la oxidación y eliminación del cuerpo, reemplazándolos luego con células sanas.