Las imágenes térmicas, de gran ayuda para diagnosticar averías eléctricas

El sistema eléctrico es a menudo referido como el «sistema nervioso central» del vehículo, responsable de impulsar el rendimiento de varios componentes y funciones críticas. Una buena forma de diagnosticar posibles fallos y averías entre los fabricantes de Equipos Originales (OEM) es mediante las diferencias de temperatura, por lo que la generación de imágenes por infrarrojo es de gran utilidad en este campo.

Jerry Beeney, director de desarrollo comercial estratégico de soluciones científicas de la empresa FLIR Systems, multinacional líder en esta tecnología, explica el papel fundamental de las imágenes térmicas en la detección de problemas del sistema eléctrico.

Cuando los sistemas eléctricos fallan, suele deberse a uno de estos motivos:

Los componentes y las áreas que no deberían calentarse presentan un aumento de temperatura.
Los componentes que suelen calentarse experimentan un aumento o un descenso de la temperatura fuera de los límites.
Los componentes y las áreas en los que debería aumentar la temperatura en condiciones normales no experimentan ningún tipo de salida de calor.

Aunque algunos fallos del sistema eléctrico pueden generar molestias tan poco importantes como un asiento calefactado que deja de funcionar, otros pueden tener consecuencias graves. Así, un fallo de seguridad del sistema importante puede poner vidas en peligro y provocar la retirada de una gran cantidad de vehículos. Por eso, es importante la identificación de fallos del sistema eléctrico al inicio del proceso de producción del vehículo, ya sea en el propio componente o durante su instalación.

¿Cómo comprobarlo?

Los técnicos pueden probar y verificar los sistemas eléctricos de los automóviles mediante diversos métodos, desde los más básicos a aquellos que usan tecnología avanzada. De este modo, las pruebas pueden reducirse a una sencilla comprobación del funcionamiento de las luces o la revisión de un sonido que se produce al encender o apagar un interruptor. En el caso de los sistemas de control climático del vehículo, el empleado puede escuchar o comprobar con la mano el movimiento de aire para asegurarse de que el ventilador se enciende cuando debe. Pero estos métodos, además de subjetivos, no permiten determinar el motivo principal del fallo.

De hecho, si se produce un fallo en estos sistemas, puede ser extremadamente difícil identificar su origen. En la mayoría de las ocasiones, será necesario utilizar herramientas de prueba de circuitos, multímetros digitales u otros sistemas de diagnóstico que son bastante complejos y/o tardan demasiado en encontrar el problema.

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Las imágenes térmicas como solución

A diferencia de estos otros métodos, la termografía con una cámara de infrarrojos permite identificar y diagnosticar problemas y fallos en los sistemas eléctricos del coche a lo largo de todo su proceso de producción, desde el desarrollo hasta el montaje.

En concreto, las cámaras termográficas pueden mostrar de forma visual las diferencias de temperatura que suelen indicar dónde está el problema. Además, su uso permite realizar pruebas periódicas que se pueden registrar para analizarlas en el futuro. Puede proporcionar una vista integral del sistema y permitir al usuario centrarse en posibles áreas problemáticas más reducidas. Esto ayuda a los directivos y a los ingenieros a comprender totalmente el motivo de la avería y cómo repararla rápidamente.

Tras utilizar una de estas cámaras térmicas, los técnicos pueden utilizar un multímetro digital o un medidor de tenaza para realizar diagnósticos adicionales o análisis exhaustivos. Esto les permite solucionar rápidamente los problemas de un circuito eléctrico específico para identificar el motivo exacto del fallo.