Los filtros de habitáculo Freudenberg, comercializados en el sector de la automoción bajo su marca Corteco, han sido testados para verificar su contribución a la protección efectiva de las superficies frente al SARS-CoV-2, virus causante de la enfermedad del COVID-19. Unas recientes pruebas ISO 18184 realizadas por el renovado Instituto de Microbiología Guang Zhou (China) así lo han reflejado, confirmando que sus filtros azules micronAir blue inactivan prácticamente el 100% de los virus mediante su capa única de filtro antiviral.
La solución sirve como un escudo eficaz contra aerosoles en el aire que puedan transmitir patógenos como el H1N1 o el HCoV 229E. Gracias a un modo de acción dual sofisticado, micronAir se presenta como una opción viable junto a otras soluciones de filtro de habitáculo disponibles, incluidos los filtros de alta eficiencia (HEPA).
Volker Braeunling, director técnico de Filtros en Freudenberg Filtration Technologies, ha explicado que «nuestra solución de filtro de habitáculo captura gotas de aerosol y núcleos de gotas dentro del rango de 0.05 μm a 16 μm. Como demostraron los últimos estudios de COVID-19 de la OMS, estos aerosoles contienen la carga crítica del virus, causando daños a medida que se emiten al respirar, hablar, toser o estornudar».
Una vez capturados en el filtro, los virus se inactivan mediante un enfoque patentado basado en extractos de frutas naturales para evitar la contaminación secundaria. «Al llegar al medio de filtración, los virus interactúan con el ambiente ácido del extracto de fruta. La reacción desnaturaliza la estructura proteica del virus, lo que conduce a un patógeno inofensivo incapaz de infectar las células humanas»concluye Braeunling.
Si hablamos del interior de los coches, micronAir podría ser la única alternativa viable a los filtros HEPA, utilizados principalmente en salas blancas y de emergencia. «En entornos muy específicos donde se realizan tratamientos médicos sí se usan los filtros HEPA, pero raramente se usan para filtrar en interiores de habitáculo. Teóricamente ofrecen valor añadido a través de una separación de partículas excepcionalmente alta, pero sus propiedades filtrantes por sí solas no se traducen automáticamente en una protección antivirus efectiva que garantice la seguridad de los pasajeros en la vida real, ya que los interiores de los vehículos difieren mucho de las salas blancas médicas», señala Braeunling.
Con el fin de aprovechar al máximo el potencial de su línea de filtros de cabina micronAir, Freudenberg está realizando pruebas adicionales en varios institutos de investigación tanto europeos como orientales. El objetivo es validar aún más su efecto de protección antiviral en superficies y su eficiencia filtrante contra otras clases de virus adicionales.
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