FARE: control total gracias a la radiofrecuencia

El fabricante de recambios para automoción ya disfruta de un almacén operado en su totalidad a través de esta tecnología. Mayor precisión en los pedidos, reducción de los errores, disposición de la información en tiempo real o el incremento de la eficiencia de los operarios son algunas de las repercusiones positivas de este sistema, buscando en última instancia seguir ofreciendo la mejor atención y servicio a sus clientes.


En los entornos de trabajo vinculados al almacenaje y la logística, la tecnología de radiofrecuencia (RF) se erige como una excelente herramienta para la optimización del tiempo y los recursos de los negocios. Bien lo saben en FARE S.A., la especialista en productos de caucho y caucho-metal para el automóvil. Su almacén inteligente de Polinyà (Barcelona) ha desarrollado al completo este novedoso software y en MotorOK quisimos acercarnos a las instalaciones de la compañía para conocer de cerca las ventajas del software.

«La RF ha supuesto un cambio cualitativo espectacular para nosotros. Sin ella, FARE ya era una empresa rápida y teníamos a los clientes satisfechos, pero llegamos a la conclusión que habíamos tocado techo en cuanto a agilidad y control de la actividad», nos explica Rubén Foixench, gerente de la empresa. En esencia, este sistema permite el almacenamiento e intercambio de datos de forma remota (sin cableado) entre dos o más terminales, agilizando y aportando absoluta trazabilidad a labores como el almacenaje de piezas, la gestión de pedidos o la confección periódica del inventario.

Su responsable de Marketing, Xavi Guimerà, añade que «se trata de una mejora tecnológica que te acaba demandando el propio mercado». Ejemplo de ello es la venta de productos online a través de plataformas profesionales como pueda ser TecCom, de TecAlliance. «Para que te compren a distancia, primero debes tener muy claro el stock del que dispones en todo momento; una información en tiempo real que solo te puede proporcionar la RF», comenta.

Un proyecto a medida para unos resultados óptimos

Xavi nos deja claro que el sistema ha sido «diseñado totalmente a medida de las necesidades de FARE, adaptándolo para que sea compatible con las características tecnológicas de nuestras instalaciones, que ya contaban con el sistema de almacén inteligente Miniload».

En su configuración actual, el trabajo de preparación de los pedidos en FARE se reparte entre el citado almacén inteligente y el trabajo (aéreo y terrestre) de los operarios. Tres patas de una mesa que, nos explica el propio Xavi, «deben equilibrarse para que la carga de trabajo esté bien repartida y no haya partes del proceso que se realicen a mayor velocidad que el resto». Si eso sucediera, se crearía un «cuello de botella» que restaría fluidez y eficiencia al trabajo.

«Hemos dejado de lado los lápices y los papeles», apunta Rubén. «Ahora sabemos el momento exacto en el que se encuentra cada pedido, el porcentaje de pedidos que tenemos preparados o qué materiales nos faltan para completar aquellos pedidos pendientes». Se trata de una mejora que permite dar a sus clientes información precisa y en tiempo real, posibilitando a la empresa una capacidad de crecimiento muy potente.

Entre otros cambios, la RF ha permitido a FARE que su almacén ya no esté ordenado de manera alfanumérica. Gracias a esta tecnología, la máquina indica a los operarios dónde está cada pieza y además, lo hace siguiendo un recorrido optimizado para evitar recorrer más veces de las necesarias una misma zona. «Son pequeñas dosis de tiempo que, sumadas, suponen un gran impacto para el rendimiento del almacén», asegura Xavi.

En relación con la mencionada redistribución del almacén, Rubén comenta que «ahora trabajamos en función de la salida de las piezas, teniendo en cuenta volumetría y registros de ventas. Teniendo en cuenta que hablamos de un almacén de casi 5.000 m2, ha sido mucho el material que ha tenido que reubicarse; movimientos que, además, no pueden realizarse durante la actividad diaria de preparación de pedidos».

Pero esa es la parte física propia (y casi ineludible) de cualquier actividad en el almacén. La otra parte, la relativa al aprendizaje del funcionamiento del software, ha sido mucho más fácil de llevar a cabo gracias a la predisposición del equipo humano de FARE. Así nos lo explica Rubén, cuyo entusiasmo al responder a nuestra pregunta denota el orgullo del gerente de contar con una plantilla de trabajadores tan comprometida. «La parte humana ha sido la más fácil, a nadie le importó tener que venir algún sábado o quedarse un rato», explica.

 

Más información en fare-auto.com/es

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