Ante un fallo del compresor, ¿conviene limpiar o sustituir el condensador?

El fabricante NRF explica en un artículo técnico la importancia del tipo de condensador a la hora de optar por una u otra medida.


Ante un fallo del compresor, muchos técnicos de talleres se hacen la misma pregunta: ¿se puede simplemente limpiar el condensador, o conviene reemplazarlo? NRF, fabricante reconocido por su especialidad en sistemas de refrigeración para turismos y V.I., responde a esta duda en un artículo técnico.

NRF artículo técnico sobre cambio del condensador tras fallo del compresor

«Para los condensadores de tubo y aleta, o los de serpentín, la decisión no es difícil: el diámetro interno del tubo es lo suficientemente ancho para poder limpiar todos los residuos y así asegurar que el interior esté limpio y libre de contaminantes», explica. Otra cosa son los vehículos equipados con condensadores de flujo paralelo (generalmente a partir de 1994, con la llegada del R134a), donde la decisión es la opuesta. NRF explica el porqué.

El condensador de flujo paralelo es un intercambiador de calor altamente eficaz que divide la unidad en secciones o «pases», lo que crea un proceso más eficiente para que el refrigerante cambie de estado de gas a líquido. Esto se consigue haciendo que el refrigerante cambie de dirección en 180° en el extremo de los rieles laterales (mediante la colocación de un tapón dentro del riel en varios intervalos), forzando que el refrigerante cambie de dirección. Cuantos más tapones, más cambios de dirección. En la mayoría de los condensadores, el refrigerante hace de tres a cuatro «pases» a través del condensador.

Estos condensadores no tienen un tubo hueco grande por el que fluya el refrigerante, sino una serie de tubos de pequeño diámetro unidos en una fila y cuyo diámetro interno es del tamaño de la cabeza de un alfiler. Esto ayuda a mejorar la superficie del condensador y a aumentar su capacidad de enfriamiento.

Cuando un compresor falla, introduce contaminantes en el sistema. La manera más fácil de detectar esto es quitar el filtro deshidratante, que usualmente revela depósitos de metal o lodo generados por un compresor defectuoso. El metal y el lodo se depositan en todo el sistema y se acumulan en lugares del sistema con restricciones, como el orificio calibrado o válvula de expansión, el filtro deshidratador o el acumulador,  y en el caso de modelos de vehículos más recientes, en los condensadores de flujo paralelo.

«Aunque limpiar el sistema puede ayudar a eliminar los desechos de parte del sistema, los elementos con diámetros de paso pequeños, como el condensador de flujo paralelo, van a acumular los residuos», aclara NRF.

La compañía destaca que enjuagar o lavar el circuito «sólo empujará los contaminantes hacia el condensador y se acumularán en los tapones de los rieles laterales, reduciendo la cantidad de filas disponibles para enfriar el refrigerante y frenando el flujo del refrigerante, lo que conduce a rendimiento insuficiente del sistema y altas presiones de cabeza». Además, las dilataciones harán que ese contaminante salga del condensador hacia el circuito y entre al compresor, además de contaminar el filtro. El resultado esperable con todo ello no es otro que el gripaje.

Por todo ello…

Al enfrentarse a una falla del compresor en un vehículo equipado con un condensador de flujo paralelo, NRF recomienda que el técnico reemplace el acumulador, el tubo con orificio o el dispositivo de expansión y el condensador. La líder mundial en sistemas de refrigeración también aconseja limpiar el resto de componentes para así asegurar que están libres de contaminantes.

 

nrf

También te puede interesar:

 



No hay comentarios

Escribir comentario