Uno de los grandes retos actuales es el impulso de tecnologías que reduzcan las emisiones de CO2 en el transporte y avanzar hacia las cero emisiones netas. Sin embargo, solo un 60% de la población conoce las tecnologías de los coches eléctricos y apenas el 30% conoce otras alternativas tecnológicas para descarbonizar el transporte, como los combustibles renovables o el hidrógeno. Esta es una de las principales conclusiones del «Estudio sobre la percepción y valoración de las nuevas tecnologías de movilidad en el transporte por carretera», realizado por el instituto demoscópico GAD3 en colaboración con la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Fundación Corell, con el apoyo de entidades de la automoción como Anfac, Faconauto y Sernauto.
Otra de las conclusiones del informe es que el 50% de la población retrasa su decisión de compra de un nuevo coche debido a la falta de claridad en cuanto a las tecnologías de movilidad y la regulación existente, y aumenta la intención de compra de vehículos de segunda mano. En este sentido, los jóvenes tienen el mayor porcentaje de intención de compra de un coche de segunda mano y un menor porcentaje de intención de compra de un vehículo nuevo.
Este estudio pone de manifiesto que, pese a la regulación existente y la apuesta de la mayor parte de los fabricantes por el vehículo eléctrico, la decisión de compra del ciudadano va por otro lado, lo que se traduce en una disminución de la velocidad de renovación del parque automovilístico, cuya edad media es de 13 años, y en la ralentización del proceso de disminución de las emisiones de CO2 del transporte.
El estudio se ha presentado esta semana en la Universidad Politécnica de Madrid y ha contado con la participación de expertos del sector y con la presencia de la secretaria de estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera; el rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Guillermo Cisneros Pérez; el presidente de GAD3, Narciso Michavila; el vicepresidente de Fundación Repsol, António Calçada; el director general de Industria y Pymes, Galo Gutiérrez Monzonís; y el director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y director de la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid, Óscar García.
El objetivo del estudio ha sido identificar el nivel de conocimiento que tiene la sociedad sobre las distintas tecnologías que están en desarrollo para descarbonizar el transporte, los problemas derivados de las emisiones actuales y cómo todo ello afecta a la decisión de compra de vehículos por parte de los ciudadanos y al sector de la automoción.
Los datos muestran que un 64% de la población desconoce que es posible un motor de combustión con muy bajas o cero emisiones netas de CO2, usando combustibles renovables. Estos combustibles pueden utilizarse ya en los vehículos actuales, aprovechando las infraestructuras de distribución y repostaje existentes. Serán un complemento necesario para la electrificación en el sector del transporte, ampliando la gama de tecnologías de movilidad de bajas emisiones, y los consumidores podrán elegir las que mejor se adapten a sus necesidades.
El estudio también recoge que existe un gran desconocimiento sobre el impacto medioambiental del coche eléctrico: un 50% de los españoles no es consciente de que los coches eléctricos generan emisiones de CO2, durante su producción y cuando utilizan electricidad que no es renovable.
La mayoría de la sociedad española, además, ignora de dónde proviene el hidrógeno renovable, uno de los grandes vectores de energía para el transporte en el medio y largo plazo. Un 35% no sabe de dónde se obtiene, mientras que un 37% no sabe que la energía hidráulica, la eólica o la solar son fuentes de hidrógeno renovable.
En cuanto al sector y la decisión de compra, el estudio revela que los españoles se gastarían más dinero en un coche con menor impacto ambiental, siendo el coche eléctrico la opción más elegida. Sin embargo, a la hora de decidir su compra la concienciación se desploma y el potencial comprador valora más el consumo, el tamaño, la marca, el diseño, los extras o el precio del combustible y la energía utilizada del vehículo.
El estudio también revela que sólo ocho de cada diez ciudadanos afirman estar mucho o bastante concienciado sobre las emisiones de CO2 en el transporte, mientras que un 87% de la población cree erróneamente que las emisiones de CO2 son perjudiciales para la salud y únicamente un 30% de los encuestados afirma conocer con claridad el término «emisiones netas en el ciclo de vida».
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