La dirección electroasistida no es una tecnología de aparición reciente, pero la evolución que ha experimentado este sistema a lo largo de los últimos años sí ha permitido dar muchos pasos adelante en la industria del automóvil, logrando por ejemplo que los vehículos aparquen solos, vuelvan a su carril por decisión propia en caso de desvío de la trayectoria e incluso sean capaces de detectar si el conductor ha retirado sus manos del volante. Todas ellas, funciones de seguridad autónomas que han acelerado la incorporación de este sistema cada vez más en coches nuevos.
En su Blog del Taller Mecánico (BTM), la empresa dedicada a la distribución de maquinaria para profesionales, Iberisa SL, analiza los principales aspectos de la dirección electroasistida.
¿En qué consiste?
Así funciona
Futuro de la dirección electroasistida
Iberisa prevé un futuro «brillante» para esta tecnología, puesto que los fabricantes de vehículos buscan mejorar la economía de combustible y agregar características que puedan diferenciar sus modelos de los de la competencia. Sin ir más lejos, la dirección asistida eléctrica puede ayudar a la hora de controlar la estabilidad del coche.
Además, los nuevos sistemas de dirección funcionan con los sistemas ABS y ESC para hacer pequeñas correcciones en la dirección y así mantener el vehículo en posición recta. Esta ayuda resulta muy útil si, por ejemplo, un vehículo está frenando sobre una superficie con niveles de tracción desiguales. En el caso de la dirección electroasistida de los BMW, se harán pequeñas correcciones (imperceptibles para el conductor) en el ángulo de la rueda para que la corrección a través del ABS sea más efectiva.
Todas estas integraciones no serían posibles si los sensores de ángulo de giro y dirección no fueran precisos. Y es que la dirección adaptativa (o activa) cambia la proporción entre las acciones del conductor en el volante y en el bastidor. Algo que, en los vehículos tradicionales, consiste en una relación de dirección fija.
Con esta nueva tecnología, la relación de la dirección cambia continuamente con la velocidad del vehículo, optimizando la respuesta de la dirección en todas las condiciones. De este modo, a velocidades más bajas, el vehículo se vuelve más ágil y fácil de girar. Adicionalmente, se logra que cada maniobra a baja velocidad requiera de menos giro del volante.
En cambio, a velocidades de autopista, el sistema optimiza aún más la respuesta de la dirección, permitiendo que el vehículo reaccione de manera más suave y precisa a la entrada del conductor. La dirección adaptativa puede ayudar al conductor a sentirse más cómodo y puede hacer que cualquier manejo sea más agradable.
El sistema de BMW coloca un engranaje planetario controlado electrónicamente entre el bastidor y el motor. Por su parte, Audi y Lexus colocan una caja de reducción de engranajes entre el volante y la cremallera con un mecanismo de bloqueo incluido como seguro contra averías. En cambio, el nuevo sistema de relación variable de Ford utiliza un actuador controlado que se ubica dentro del volante y no requiere cambios en el sistema de dirección tradicional de un vehículo.
A la hora de visitar el taller, el mantenimiento de estos sistemas requerirá formación y herramientas de diagnosis mejoradas, y el diagnóstico de estos sistemas también requerirá una comprensión avanzada de los buses CAN. Pero, regresando al presente y con la mirada puesta en el futuro cercano, Iberisa indica que el paso más importante que pueden hacer los talleres hoy es formarse para saber abordar la calibración de los sensores de posición de la dirección tras la realización de un servicio y/o la alineación del sistema de dirección.
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