'Elige calidad, elige confianza' reflexiona sobre el futuro del amortiguador

El futuro del amortiguador pasa, además de por lograr una mayor y mejor mezcla entre el confort y la adaptación a las condiciones de la carretera, también por su adaptación a nuevos retos e innovaciones (por ejemplo, la recuperación de energía gracias a los baches y/o las curvas). Así lo aseguran desde ‘Elige calidad, elige confianza’, la iniciativa de Sernauto que lideran fabricantes de componentes de automoción de primer nivel.

elige calidad, elige confianza reflexion sobre futuro del amortiguador

«Hoy en día, las nuevas tecnologías, los nuevos actores en el mercado y los nuevos modelos de negocio influyen en toda la industria automotriz», aseguran desde ECEC. En este sentido, destacan que algunos fabricantes de este componente consideran que, para responder a este contexto, los componentes individuales, de forma aislada, «no son suficiente».

Así, según la iniciativa, muchas compañías orientan sus trabajos a la combinación optimizada de componentes en sistemas; en el caso de la amortiguación, en el sistema de chasis. Estos sistemas incluirían, por ejemplo, el soporte de futuros conceptos de movilidad para dinámica lateral, longitudinal y vertical, una plataforma altamente flexible y modular, así como un e-drive integrado, a partir de la combinación inteligente de varios sistemas activos y semiactivos que identifican de forma predictiva y resuelven los movimientos adversos de la carrocería del vehículo.

De este modo, mirando al futuro, la amortiguación seguirá siendo un componente crucial de la movilidad como una interfaz indispensable entre la carretera, el chasis y el conductor.

Seguridad: amortiguación y frenado

Desde ECEC también inciden en la importancia del buen estado de los amortiguadores para un correcto frenado. Y es que, como parte del sistema de suspensión junto con neumáticos y muelles, son los responsables de mantener el vehículo en contacto permanente con el asfalto. «Un solo amortiguador desgastado puede aumentar la distancia de frenado hasta en dos metros», apuntan desde la iniciativa, «lo que diferencia una frenada segura de un posible accidente». Este aumento se debe a que, al frenar, por la inercia de la velocidad y el peso del vehículo, los amortiguadores desgastados no estabilizan la carrocería y esto hace que los neumáticos pierdan el contacto con la carretera, produciéndose una disminución de la tracción y el control.

Con unos amortiguadores en mal estado, la distancia de frenado aumenta hasta un 20% dependiendo de diversos factores. Una distancia que puede llegar a alcanzar los seis metros en velocidades de hasta 80 kilómetros por hora.

Así, la seguridad en la conducción se ve afectada, y de forma más acentuada, en condiciones climáticas adversas. Si los amortiguadores están en mal estado, los muelles rebotarán después de cada bache, lo que acentúa la pérdida de control y propicia que el agua de la lluvia se interponga entre las superficies del neumático y el asfalto, lo que reduce o anula la adherencia del neumático (efecto aquaplanning) y hace que la dirección se vuelva inestable.

Consejos de mantenimiento

Para evitarlo, el conductor debe prestar atención a determinados síntomas que indican que es necesaria una revisión de los amortiguadores: si se perciben oscilaciones al conducir; si se observan manchas de aceite al mirar detrás de las ruedas; si, al conducir, el volante vibra aunque el pavimento esté en buen estado; si se observan señales de desgaste irregular en los neumáticos; o si al frenar en seco el vehículo se hunde más hacia la parte frontal, se desvía hacia los lados o es difícil de controlar.

Es recomendable revisar el estado de los amortiguadores cada 20.000 kilómetros y sustituirlos a partir de los 80.000 kilómetros, momento en el que han perdido gran parte de sus prestaciones. Dependiendo del tipo de conducción y de las condiciones de la carretera, este kilometraje de referencia puede variar.