Uno de los efectos de las restricciones de movilidad decretadas por la emergencia sanitaria ha tenido que ver con el medio ambiente. Los niveles de emisiones a la atmósfera han disminuido y eso se ha notado, aunque con el levantamiento progresivo de esas medidas las emisiones están volviendo poco a poco al nivel habitual. Desde ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa impulsada por Sernauto y formada por algunas de las principales compañías de componentes de automoción, han querido destacar el papel de las bujías en cuanto al nivel de emisiones y la importancia de este componente para el futuro del automóvil.
Según ECEC, la bujía desempeña un papel importante en tres frentes: el rendimiento, el ahorro de combustible y el nivel de emisiones. ¿La razón? Que solo una bujía capaz de generar un encendido eficiente es capaz de garantizar una elevada potencia y unas bajas emisiones. Y es que una energía de encendido correcta es fundamental para la inflamación de la mezcla aire-combustible como garantía de ello.
En este sentido, la bujía tiene que inflamar con una chispa eléctrica la mezcla aire-combustible existente en la cámara de combustión del motor de gasolina, de forma siempre fiable, siempre en el momento exacto y miles de veces por minuto. Para ello, la bujía tiene que garantizar un arranque seguro en frío, ha de trabajar sin fallos durante toda su vida útil y no debe sobrecalentarse, ni siquiera, tras un largo tiempo de funcionamiento a plena carga.
Hoy en día, los vehículos modernos tienen que cumplir requisitos cada vez más exigentes. De ellos se espera un mayor ahorro de combustible, emisiones más bajas y una conducción lo más agradable posible. Para satisfacer esas expectativas ya no es suficiente seguir desarrollando componentes individuales, se hace necesario un enfoque integral, en sistemas, así como en las complejas relaciones existentes entre los distintos subsistemas del automóvil.
Futuro e I+D+i: potencia, ahorro y confort
En esta línea, para ECEC, el futuro de este componente se dirige a perseguir la potencia y el ahorro de emisiones y de combustible, permitiendo además el confort en la conducción. Un ejemplo de la labor en I+D+i que están llevando a cabo las compañías especializadas para poder alcanzar estos objetivos lo encontramos en sus esfuerzos por satisfacer las exigencias de los modernos motores de inyección directa de gasolina con sobrealimentación intensificada. En ellos, la bujía debería ser objeto de ulteriores saltos evolutivos, especialmente en caso de posición central del inyector.
Así, según ECEC, los expertos en desarrollo de bujías deberán cumplir en el futuro con exigentes requisitos del mercado automotriz, entre los que se encuentran:
- La producción de bujías con rosca M10.
- Un funcionamiento con unas necesidades de tensión de encendido que seguirán creciendo (hasta los 50 kV).
- Un incremento de la rigidez dieléctrica.
- Mayor robustez termomecánica y mecánica de cara a combustiones irregulares que puedan producirse esporádicamente.
- Una reducción de las temperaturas de los electrodos.
- La minimización del desgaste (por ejemplo, mantenimiento de la vida útil a pesar de la mayor complejidad de las exigencias).
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