El impacto del confinamiento sobre el mercado de las dos ruedas se ha saldado con un descenso del 32,2% en las ventas de motos de ocasión durante el primer cuatrimestre, con un total de 65.328 unidades, según datos de la consultora Ideauto para la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam). Solo en el mes de abril, las operaciones con motos usadas se desplomaron un 92%, hasta las 2.063 unidades.
Para el mercado de las dos ruedas, la crisis del coronavirus ha coincidido no solo con una época de alta estacionalidad sino también con el periodo de transición hacia la normativa Euro 5 que «aunque entró en vigor este 2020, permite a marcas y distribuidores un año para matricular unidades homologadas como Euro 4», recuerdan desde la asociación.
En la práctica, los cálculos previstos hacen pensar que se generará un stock aproximado de 80.000 unidades en 2020, ya que al volumen que han dejado de vender (por cierre de establecimientos físicos durante el confinamiento) se suma la reposición de unidades Euro 4 que las marcas van a seguir realizando a los distribuidores antes de su retirada definitiva el próximo mes de enero.
Esta circunstancia pone en evidencia la indefensión a la que las redes de distribución de motocicletas y ciclomotores se enfrentan cada vez que hay un cambio normativo hacia legislaciones más estrictas; y es que, a diferencia del mercado de turismos, en el sector de las dos ruedas el aprovisionamiento de vehículos en stock es muy superior al de los suministros bajo pedido. Concretamente, en el mercado de las motocicletas solo un 20% se hace bajo demanda, frente al 80% de los turismos.
Un peligro cifrado en 360 millones de euros
De esta forma, el vendedor deberá acometer un importante esfuerzo comercial con descuentos mínimos del 20% sobre el precio inicial para poder dar una rápida salida a las unidades Euro 4, máxime en un momento como este en el que el tiempo medio de permanencia en stock se ha ampliado de los 8 a los 13 meses, con el impacto que supone para la depreciación de estos vehículos.
Así, el sector cifra en unos 360 millones de euros las pérdidas derivadas de la entrada en vigor de la normativa Euro 5 el próximo 1 de enero de 2021. De ahí que la patronal pida a la Comisión Europea una moratoria para que puedan seguir vendiéndose motos enmarcadas en la normativa Euro 4 hasta el 1 de enero de 2022, con el objetivo de evitar la quiebra que supondría asumir económicamente el stock en estas circunstancias.
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