Con el primer mes estival del 2020 llegan las ansiadas vacaciones, especialmente merecidas en un año tan complicado como el actual. No obstante, antes de emprender ese viaje en coche con la familia y/o amigos que garantice unos días de desconexión, es conveniente hacer una revisión de los principales elementos de seguridad del vehículo. En el caso de los neumáticos, un elemento de seguridad clave en tanto que principal intermediario entre el automóvil y el asfalto, lo mejor es acudir a empresas como Neumáticos Líder para evitar cualquier tipo de problema durante el trayecto. Además, conviene tener claros otros puntos igualmente importantes antes de emprender la escapada vacacional. Los descubrimos en este artículo.

El papeleo, siempre al día
La revisión del coche es un aspecto que conviene hacer periódicamente; no obstante, si nos centramos en el actual momento del año, conviene recordar que el coche carga con más equipaje, suele haber más tráfico y es posible acabar visitando lugares con climatología adversa. Todo ello, sumado o combinado, puede acabar propiciando que haya averías.
En primer lugar, se deberá haber pasado la ITV y tener claro que su caducidad no coincida con los días elegidos para pasar las vacaciones. Hay que tener en cuenta que siempre que se pase la inspección con menos de 30 días de antelación sobre la fecha límite, se conservará la fecha original para la siguiente revisión. En caso de que esté al límite de caducar, será el mejor momento para pasarla porque servirá también de revisión para el viaje.
Aparte de la ITV, existe otra documentación que conviene tener controlada y esa es la caducidad de la póliza de seguro. Es una gran idea comprobar las coberturas del seguro que se tengan contratadas y tener la certeza de saber si se goza de asistencia en carretera. En ese caso, es aconsejable disponer del número de asistencia en el móvil o en la guantera del coche, por si fuese necesario. Asimismo, también se aconseja mirar la fecha de caducidad del permiso de conducir y el saldo de puntos disponible.
Neumáticos, limpiaparabrisas y luces
Como ya hemos indicado arriba, los neumáticos constituyen un elemento crucial para que la seguridad del viaje esté garantizada. Antes de partir, es necesario revisar su estado y comprobar la presión del aire que tengan. Si se viaja con una presión inferior a la que se recomienda, aumentará en gran medida el consumo de combustible, se desgastará en exceso el neumático y además se incrementarán las posibilidades de incidente. El automovilista deberá centrarse también en la profundidad del dibujo y la existencia de grietas. En caso de que haya algún problema, el único consejo posible es su sustitución.
Otro punto fundamental es el del parabrisas y los faros. Y es que la vista es uno de los sentidos más importantes para la conducción y un parabrisas que tenga desperfectos, o unos faros estropeados, harán que el viaje sea un peligro para los ocupantes del vehículo y para el resto de usuarios de la carretera.
Para circular con seguridad, antes se deberá haber revisado que el lavaparabrisas esté lleno para poder limpiar el cristal frecuentemente del polvo o de los insectos. Nunca se usará ni lavavajillas ni otro jabón, únicamente el líquido que sea específico. Respecto a las escobillas, el dueño del coche deberá vigilar que limpien con profundidad por si lloviese barro durante el viaje.
En el caso de las bombillas, se revisará que funcionen bien y el correcto reglaje de los faros para evitar deslumbramientos al resto de conductores. Si una bombilla falla, será imprescindible realizar un cambio por pares que evite una iluminación descompensada o el fallo inminente de la segunda bombilla.
Líquidos del coche
Otro aspecto relevante que hay que comprobar son los niveles de los distintos fluidos del vehículo. Es un asunto sencillo que el usuario podrá llevar a cabo en tan solo un par de minutos. Para poder hacerlo, se buscará una superficie plana y se dejará al coche reposar 15 minutos antes de realizar la comprobación.
Respecto al aceite, no deberá superar el máximo ni estar por debajo del mínimo, siendo idóneo que estuviese próximo al máximo aunque sin llegar a él. Si es necesario rellenarlo, se puede emplear una jeringuilla grande y un tubo que tenga bastante longitud, usando siempre el mismo tipo de aceite que ya está en el coche.
En cuanto al refrigerante, el nivel tendrá que ser el mismo que el del aceite. Si hay que rellenarlo, habrá que esperar a que el motor esté frío y abrir el tapón con cuidado para proceder a usar un líquido refrigerante que sea el adecuado.
Finalmente, y por lo que respecta al líquido de frenos, el nivel no tiene que variar. En caso de que esté muy bajo, lo más probable es que se deba a que las pastillas y discos de freno están muy desgastados y convendrá pasar por el taller para poner remedio.

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