¿Tu cliente se acaba de aprovechar de un chollazo en el portal web de turno y ha adquirido un nuevo vehículo con cambio automático? Primero, darle la enhorabuena por una decisión menos «pasional» pero que le permitirá disfrutar de una cómoda conducción en ciudad mientras su pie izquierdo agradece no tener que estar todo el día pisando el embrague.
Dicho lo cual, ¿sabe cómo conducir de la forma más cuidadosa posible con esta nueva tecnología de gestión de las marchas del motor?
Técnicas en Transmisiones Automáticas (T.T.A.) explica en una serie de sencillos consejos, a modo de mantenimiento adicional, la mejor manera de alargar la vida de una caja de cambio automático. Para atención y asegúrate de que tus clientes lo tengan claro:
1) Primero el freno de mano, después la P
La posición de parking (P) de las cajas automáticas no debe usarse como freno de mano. Sí, el coche no se moverá, pero estaremos descargando todo el peso del coche sobre la transmisión en vez de sobre el freno. Esto es especialmente grave en cuestas pronunciadas ya que provoca una tensión excesiva sobre los componentes de la caja de cambios, propiciando averías prematuras y holguras no deseadas.
La forma correcta de hacer las cosas es primero poner el freno de mano y, cuando el coche descanse sobre él, la palanca en P.
2) En detenciones largas, mejor poner la N
Una de las ventajas de los coches automáticos es que nunca se calan. Podemos estar detenidos con la marcha engranada que mientras estemos pisando el freno, el coche no se moverá. Pero en el caso de las cajas tradicionales el convertidor de par estará rozando y, aunque está preparado para ello y el desgaste extra es muy menor, sí conviene poner la palanca en N en las detenciones. No sólo por salvaguardar la mecánica sino porque las vibraciones que se transmitan al habitáculo serán menores.
3) El aceite requiere un reemplazo periódico
Nadie duda que hay que cambiar el aceite del motor de un coche cada unos cuantos miles de kilómetros, pero es fácil olvidar que las cajas automáticas también están bañadas en fluido lubricante. Esto es especialmente importante en las cajas de cambio de convertidor de par y en las cajas de doble embrague con embrague bañado en aceite. Es el caso de las conocidas DSG de seis relaciones del Grupo Volkswagen. Es importante seleccionar el fluido de transmisión adecuado y respetar sus intervalos de sustitución.
4) Mover la palanca, con el freno pisado y en parado
Muchos coches automáticos modernos ni siquiera te dejarán mover la palanca si no estás detenido para salvaguardar la mecánica, pero en coches más antiguos es un error que se comete fácilmente. Si vamos a pasar de P a D, debemos estar detenidos. En caso de querer meter la marcha atrás, igual. Si pretendemos meternos en posición de parking, tres cuartos de lo mismo. No están diseñadas para cambiar de modo en movimiento y hacerlo así somete a sus muchos componentes a una violencia mecánica para la que no han sido diseñados.
5) Cuidado si te van a remolcar
De igual manera que ocurre con un coche manual, la caja de cambios debe estar en punto muerto. En algunos coches, como el modelo XF de Jaguar, poner el punto muerto requiere desmontar molduras interiores si el sistema eléctrico queda inutilizado. Ante la imposibilidad o desconocimiento de poner un automático en punto muerto, debe llevarlo una grúa de plataforma. Arrastrar un automático que no esté en punto muerto (aunque apenas sean unos metros) puede generar una carísima avería.
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