El repintado de vehículos es una de las operaciones más frecuentes en el Taller de carrocería, ya que es el proceso que culmina la reparación. Una aplicación correcta y adecuada de la pintura posibilita un acabado que cumpla los estándares mínimos de calidad. Así se logra lo que todo propietario desea y exige: que la actuación correctora del profesional no sea perceptible.
En su blog ‘Ruta 401’, Loctite comparte un artículo técnico que repasa diversos aspectos necesarios para lograr un óptimo trabajo de repintado.
La preparación del soporte, importante
Las operaciones de preparación más significativas para unas condiciones óptimas del soporte son:
- Lijado de la pieza con granos adecuados y progresivos, favoreciendo la adhesión de la pintura y evitando que aparezcan rayas de lijado.
- Soplado y desengrasado, para eliminar cualquier resto de suciedad que pueda generar falta de adherencia o aparición de cráteres. Productos como BONDERITE M-NT 1455-W desengrasan la superficie a la vez que ofrecen protección contra la corrosión.
- Preparación, mezcla y filtrado de la pintura, para que la misma tenga la fluidez y el poder de cubrición adecuados.
Productos de baja calidad, un mal enmascarado, una pistola aerográfica sucia o malas condiciones térmicas también influyen negativamente. Loctite asegura que analizará estas variables en próximos artículos.
Secretos para pintar correctamente
Las técnicas de repintado distinguen entre técnicas de carácter general y técnicas que dependen del número de piezas afectadas.
Dentro de las primeras, es necesario tener en cuenta estas premisas básicas de aplicación:
- Regulación de la pistola para la correcta pulverización de la pintura. Se ha de regular la presión de trabajo, el abanico y el caudal de producto. La presión de trabajo será la indicada por el fabricante según el tipo de pistola. En lo que respecta al abanico, el regulador se abrirá al máximo menos un cuarto de vuelta. Y por último, el caudal de producto depende del fabricante de la pistola, aunque como norma general suele situarse en torno a una apertura de dos vueltas. A pesar de estos criterios, el profesional deberá hacer pruebas para verificar que los ajustes y configuración es la adecuada.
- Mantener la pistola perpendicular a la pieza, copiando su forma y avanzando de forma progresiva a velocidad constante.
- Aplicar pintura sobre todos los bordes e interiores de pieza vistos, evitando que queden zonas sin cubrir.
- Iniciar el pintado por la parte superior de la pieza, de forma que la boquilla de la pistola quede enfrentada al extremo de la pieza. De este modo, este tramo de la pieza no quedará con piel de naranja.
- Mantener una distancia entre pistola y pieza de 15-25 cm, según el tipo de pistola utilizada. Manteniendo esta distancia, la atomización de la pintura será la idónea.
- Solapar las distintas pasadas de la pintura que se va aplicando. A modo de referencia, cada pasada debe solapar con la anterior una superficie igual a la mitad del abanico generado por la pistola. El solapado se aplica tanto cuando se hace un empalme entre piezas contiguas, como cuando se pinta una pieza suelta desde arriba hacia abajo. Un mal solapado puede generar falta de cubrición, sombreados, piel de naranja o aplicación seca.
- Como norma general, aplicar un par de manos de pintura dejando un tiempo de evaporación entre ellas de 5-10 minutos. Cuando se aplica color, no respetar los tiempos de evaporación conlleva una bajada de brillo cuando la laca se seca. Sin embargo, si esta circunstancia se da al aplicar el barniz, existe alto riesgo de que aparezcan hervidos. Además, cuando se aplica color con efectos (metalizado y/o nacarado) será necesario aplicar una tercera mano de control a baja presión y a una distancia mayor.
En relación a las técnicas de repintado que dependen del número de piezas, se distinguen:
- Pintado de una pieza. La técnica específica de aplicación para estos casos consiste en tener la precaución de sobrepasar la pieza en sus extremos, evitando el difuminado al llegar al borde de la pieza. Así se evitan defectos y posibles faltas de cubrición en el color.
- Pintado de dos o más piezas sobre el vehículo. En este caso, la consideración específica es la forma de practicar los empalmes entre piezas. Es indispensable proceder al solapado entre los empalmes practicados entre pieza y pieza. No obstante, en estas situaciones los empalmes se deben realizar en zonas donde no exista tendencia a la acumulación de pintura. Por tanto, los empalmes citados no se practicarán sobre manetas abrepuertas o bordes de las piezas.
- Pintado de vehículo completo. El principal problema al pintar un vehículo completo es la necesidad de aplicar una alternancia entre el pintado de las distintas piezas. Generalmente, el repintado se inicia por el techo, bajando por los arcos de techo y marcos de puertas, hasta introducirse en cada una de las piezas conectadas.
A continuación, se pinta el portón o tapa de maletero de forma que la aplicación llegue a los lomos de las aletas traseras. A partir de aquí, se inicia la alternancia en el pintado de piezas restantes de cada uno de los laterales. Así, se pinta primero la aleta trasera de un lado, y se prosigue con la del lado contrario.
Se continua con el pintado de las piezas restantes de cada lateral, manteniendo la alternancia citada, hasta llegar a las aletas, momento en el cual se inicia el pintado de la mitad del capó y de la aleta delantera correspondiente a ese lado de forma consecutiva, para finalmente acabar con el pintado de la otra mitad del capó y de la aleta opuesta. La alternancia a seguir, el número de piezas pintadas en cada lateral, y la posibilidad de ir de la parte trasera a la delantera, o viceversa, pueden ser variadas a gusto del profesional del taller.
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