Neumáticos, frenos, refrigeración y niveles, revisiones clave tras el verano

Tras las operaciones salida y retorno del verano es cuando más averías pueden surgir debido al desgaste y sobreesfuerzo del coche.


La revisión y el mantenimiento del vehículo tras las vacaciones de verano son tan importantes como antes de realizar los viajes, más aún en momentos con altas temperaturas como las vividas estas últimas semanas. Así lo advierten desde ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa compuesta por varios de los principales fabricantes de componentes de automoción adheridos a Sernauto. En este sentido, se recomienda hacer una revisión exhaustiva de los componentes que más sufren en esta época: neumáticos, sistema de refrigeración, limpiaparabrisas, frenos y niveles de líquidos.

Neumáticos frenos refrigeración y niveles de líquidos revisiones clave del coche tras el verano

«El calor y los trayectos de largo recorrido pueden afectar al rendimiento del vehículo y, especialmente, al de ciertos componentes como los neumáticos, frenos, sistema de refrigeración o los niveles de líquido del vehículo», han señalado desde la iniciativa. Y añaden: «Tras las operaciones salida y retorno del verano es cuando más averías pueden surgir, ya que los viajes por carretera suponen un desgaste y sobreesfuerzo para el coche, dada la cantidad de kilómetros que se suelen realizar, el sobrepeso al que se somete al vehículo, las altas temperaturas y los atascos».

Los neumáticos sufren más en verano debido a que las altas temperaturas los desgastan con mayor facilidad, por lo que se debe revisar el dibujo y la presión de los mismos. Asimismo, se debe comprobar que el sistema de refrigeración funciona correctamente, ya que un uso excesivo puede alterar su rendimiento. En cuanto a los limpiaparabrisas, se recomienda revisar que el estado de la goma es el correcto. Por último, también se debe prestar especial atención al estado de los frenos, ya que las altas temperaturas a las que se exponen las pastillas pueden dar lugar a un desgaste prematuro, así como a los niveles de líquidos, pues estos suelen reducirse tras largos desplazamientos.

La falta de mantenimiento del automóvil es la principal causa de estas averías, algo que se puede prevenir con revisiones periódicas, las cuales deberán ser más frecuentes si el vehículo tiene más de diez años.

 

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