La mayoría de los coches que circulan hoy por la carretera han añadido la omnipresente dirección asistida a sus sistemas de cremallera de dirección. Aunque esta dirección facilita y mucho las maniobras al volante, también añade una cierta complejidad al conjunto del sistema (cambia ligeramente su diseño) y puede hacer que su reparación sea más difícil y cara. MOOG, marca especialista en componentes de dirección y suspensión para el automóvil y que forma parte de la cartera de DRiV, explica las posibles causas de fuga en la cremallera de dirección.
¿Qué provoca fugas en una cremallera de dirección?
Con el tiempo, los componentes de un sistema de dirección con cremallera pueden empezar a desgastarse debido a su uso frecuente durante la conducción, algo que puede derivar en que las conexiones se aflojen.
Si bien el sistema de dirección asistida puede empezar a tener fugas en los puntos de conexión o a través de grietas en los latiguillos y conductos de caucho flexible, será más probable que las mismas se originen en una de las juntas de la cremallera de dirección. Y es que las condiciones medioambientales y los estilos de conducción pueden provocar que las juntas se sequen, encojan, agrieten o salgan de su asiento.
Hay tres factores principales que pueden provocar fugas:
- Los latiguillos y los conductos son de un caucho flexible que se puede agrietar.
- Las conexiones se pueden aflojar.
- Las juntas entre el árbol de dirección y la cremallera de dirección, o alrededor de las conexiones de las rótulas de dirección, pueden encoger, agrietarse, secarse o salirse de su asiento.
Desde MOOG inciden en la necesidad de mencionar que la fuga procederá del sistema de dirección asistida, no de la cremallera de dirección. Eso se debe a que la cremallera de dirección está lubricada con grasa.
¿Cómo detectarlas?
Normalmente, el líquido de dirección que se pierde tiene un olor a aceite quemado y por lo general es de color rojo o rosado. Es posible que el automovilista o mecánico llegue a apreciar un pequeño charco en el suelo, debajo de la parte trasera del motor. Alternativamente, si se tiene un gato, soportes de gato o una rampa, se puede comprobar directamente la cremallera de dirección en busca de fugas. Una vez ubicado debajo del coche, será relativamente fácil comprobar los latiguillos, conexiones y juntas.
En cualquier caso, la histórica marca de componentes de automoción recuerda que estas averías se resuelven reemplazando la pieza para así tener la seguridad de que el sistema funciona correctamente.
Un peligro para el automovilista
Cuando empieza la primera fuga, la dirección empezará a hacerse difícil e inconsistente hasta que falle por completo (cuando se pierde toda la energía auxiliar). Si esto sucede conduciendo por una carretera relativamente recta, no supondrá una gran diferencia; sin embargo, si conviene girar, especialmente a gran velocidad, MOOG alerta de que la maniobra no será ni fácil ni segura.
En este sentido, conviene mencionar que, si bien un sistema con fugas no causará directamente una colisión, puede contribuir a un susto al volante o a un accidente serio si el conductor no tiene la suficiente fuerza para manejar una dirección pesada. Adicionalmente, un sistema de dirección asistida con fugas puede tener consecuencias graves, como el sobrecalentamiento de la cremallera o de la caja de dirección.
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