En los primeros meses de la crisis, la empresa especializada en recambios para vehículo industrial Castelao hizo una reflexión sobre el riesgo de facturar dos o tres millones de euros a quince o veinte empresas. Vieron que si fallaban dos o tres, ellos también podían caer. Así que poco a poco empezaron a dejar de vender a clientes muy grandes y apostaron por los pequeños, «los que salen por la puerta y tal como se han llevado el material lo han dejado pagado», según palabras de su fundador, Juan Luis Montesinos.
Así, el cliente actual de Castelao son pequeñas flotas con taller propio y autónomos con uno, dos o tres camiones a lo sumo. De tener 1.200 clientes y que la facturación dependiera de un 20% de ellos han pasado a tener más de 5.000 y que la facturación dependa de un 80% de ellos. «Ha sido un cambio radical, arriesgado en su momento por la envergadura de algunos clientes a los que dejamos de vender, pero creo que el tiempo nos ha dado la razón. De tener 790.000 euros de riesgo hemos pasado a menos de 300.000» afirma Montesinos.

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