En España existen cerca de 42.000 talleres mecánicos del automóvil, de los cuales unos 27.000 cambian neumáticos de forma habitual. Según datos de Tratamiento de Neumáticos Usados (TNU) compartidos con motivo de la celebración el próximo 17 de mayo del Día Mundial del Reciclaje, cada taller genera anualmente más de una tonelada de neumáticos usados, siendo auténticos puntos generadores de estos productos al recoger la inmensa mayoría de las más de 290.000 toneladas de neumáticos fuera de uso que se desechan cada año.
En España, cada persona genera media tonelada de residuos al año, de los cuales 189 kilos (menos de la mitad) acaban recuperados o reciclados y el resto acaba en vertederos o quemados. Alemania está a la cabeza del reciclado con un 70% y la media europea en un 49,2%, España se queda por debajo con un 40,5%, lejos del 50% fijado por la UE.
Si volvemos a los neumáticos, anualmente en el mundo se desechan 25 millones de toneladas, siete de los cuales corresponden a Europa. Cabe reseñar que el 100% de los neumáticos usados recogidos se reciclan, un porcentaje que también sucede con el papel y el vidrio.
Materiales muy útiles para recuperar y fabricar nuevos productos
«Los neumáticos fuera de uso no son desechos ya que contienen materiales muy útiles que se extraen y separan para su uso en diversas industrias como materia prima secundaria», aclara TNU. Están compuestos por un 16% de caucho natural, un 27% de caucho sintético, un 14% de fibra textil, un 14% de acero y un 28% de negro carbón, aditivo imprescindible para endurecer el caucho y disipar el calor de la banda de rodadura.
Estos materiales, una vez separados, se recuperan para nuevos usos. El caucho reciclado procedente de neumáticos fuera de uso tiene aplicación en numerosos productos y servicios ecológicos que ofrecen nuevas alternativas dentro de la industria, la construcción, el deporte, la agricultura, la ganadería, la decoración, las infraestructuras, etc. De la mano de los últimos avances tecnológicos, este caucho triturado, granulado o en forma de polvo se reutiliza en una lista inacabable de nuevos usos que ofrecen grandes ventajas en términos ambientales y económicos.
Entre otros usos, el granulado de goma se utiliza para el asfaltado de carreteras más seguras, silenciosas y duraderas, losetas de seguridad para la absorción de impactos, pavimentos para parques infantiles, canchas deportivas, césped artificial o tejados para viviendas. Otros usos más recientes y muy interesantes del caucho son la obtención de eco-combustible a través de la pirólisis. Este es uno de los procedimientos más ecosostenibles para convertir los neumáticos no sólo en combustibles alternativos, sino para transformarlos también en energía y productos petroquímicos.
El acero reciclado que se recupera de los neumáticos es de una alta calidad y, una vez limpio, es demandado por la industria siderúrgica como materia prima para la producción de acero nuevo. Por su parte, la fibra textil encuentra algunas aplicaciones en la elaboración de materiales aislantes y elementos de construcción, si bien actualmente su destino principal es la valorización energética mediante su transformación en un combustible sólido recuperado en la industria cementera.
Un círculo continuo de economía sostenible
La recogida y tratamiento de los neumáticos fuera de uso que se genera en España representa uno de los mejores modelos de reciclaje y contribución a la economía circular. A través de su correcta gestión se aprovechan recursos, se preserva la materia prima y se evita su impacto en el medio ambiente.
A través de las 4R del reciclado (Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar) se aprovecha el 100% de los neumáticos usados que se procesan, en un círculo continuo que no genera residuos sino materia prima. De las 4R, la más eficiente es la reutilización del neumático mediante el renovado, proceso mediante el cual se le da una una segunda vida útil a los neumáticos usados mediante el cambio de su banda de rodadura.
Los neumáticos renovados ofrecen el mismo potencial kilométrico y la misma seguridad que los convencionales. Además, están certificados con la norma E9 del Ministerio de Industria, cumpliendo los mismos estándares de calidad que un neumático convencional. El renovado de neumáticos implica los siguientes ahorros:
- 45% de ahorro energético: se necesitan 23,5 litros de petróleo para fabricar un neumático nuevo, y solo 13,05 para uno renovado.
- 52% de ahorro en las emisiones de CO2: se emiten 63,64 kilos de CO2 en el proceso de fabricación de un neumático nuevo, y solo 31 kilos para uno renovado.
- 50% de ahorro de agua: se necesitan 1961 litros de agua para fabricar un neumático nuevo, y solo 980 para uno renovado.
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