Bugatti emplea la propulsión de iones para su último prototipo

El MIT ya la implantó en un pequeño avión en 2018, pero se trata de una tecnología embrionaria cuyo desarrollo exigirá de unas cuantas décadas.


Aunque no pasa de ser una mera imagen renderizada por ordenador, el Bugatti Vision Le Mans que acompaña estas líneas podría fabricarse en el mundo real en cualquier momento. Lo que no parece tan sencillo trasladar del mundo de los píxeles al plano real es la tecnología de propulsión de iones prevista para este prototipo.

Bugatti prototipo de propulsión por iones

Omicrono, espacio que ElEspañol.com reserva a informaciones de actualidad sobre nuevas tecnologías, se hace eco de este último proyecto de la firma. Su nombre se debe, evidentemente, a la interpretación que desde la compañía hacen de cómo serán los hiper-deportivos del futuro que participen en las 24 Horas de Le Mans.

Un ejercicio de imaginación que, además de presentar un vehículo lleno de entradas de aire, líneas afiladas y aerodinámica exagerada, descarta las baterías eléctricas y el hidrógeno para apostar por los iones como método de propulsión.

Desde Omicrono especifican que la propulsión por iones se basa en la aplicación de diferentes voltajes en la parte delantera y trasera del vehículo. Así, los electrodos instalados en el frontal provocarían que las moléculas del aire perdieran electrones y obtuvieran una carga positiva, siendo atraídos por una parte trasera con carga negativa. Este recorrido de los iones de un extremo al otro del vehículo es el que empujaría el aire y permitiría obtener movimiento. El problema principal para llevar a cabo esta idea es que, para propulsar un coche de carreras e incluso uno de calle, sería necesaria una evolución muy significativa de este concepto de propulsión.

La propulsión por iones ya fue practicada por el famoso Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) en 2018, pero el vehículo de prueba fue una maqueta de un pequeño aeroplano, cuyo vídeo os dejamos a continuación:

Así pues, se trata de una teoría con los suficientes mimbres como para trabajar en ella, pero a la que aún le quedan muchísimos años de desarrollo antes de poder confirmarla a través de un proyecto sólido. ¿Será esta la respuesta definitiva a la búsqueda de nuevas soluciones para una movilidad sostenible?

 

el español

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