La corrosión o la adherencia en el material de fricción son dos factores que pueden darse en los frenos del coche tras un periodo prolongado de inactividad, como el que aún estamos viviendo como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Brembo, fabricante y especialista en tecnología de frenada, ahonda en los problemas que pueden padecer los frenos a raíz del confinamiento y cómo puede responder el automovilista ante esta amenaza.
Si aparece corrosión en la superficie de los discos de freno, un uso normal del vehículo deberá bastar para eliminar el óxido mediante el accionado de frenos. No obstante, si no se ha utilizado el vehículo durante un tiempo, las zonas afectadas por la corrosión pueden extenderse. Si la afectación alcanza la superficie de los frenos, puede producir ruidos al frenar y, lo que es más preocupante, puede aumentar las distancias de frenado debido a un menor rendimiento del sistema.
Este no es el único problema: al dejar accionado el freno de estacionamiento, las pastillas y zapatas han quedado en contacto con los discos y tambores de freno y la corrosión puede hacer que estos componentes se peguen entre sí, impidiendo el movimiento de las ruedas la próxima vez que se utilice el vehículo. Este efecto, conocido como pegado del material de fricción, se puede evitar siguiendo algunos sencillos pasos que comparte Brembo:
- Arrancar el motor del vehículo, soltar el freno de estacionamiento con el motor en marcha y recorrer una corta distancia con el coche en ambos sentidos (adelante y marcha atrás) a la vez que se accionan suavemente los frenos.
- Cuando entran en contacto, los frenos eliminan la corrosión en la superficie, evitando cualquier acumulación de corrosión y los problemas resultantes. Se recomienda hacer esto una vez a la semana.
- Si no se ha podido seguir esta recomendación, hay que tener especial cuidado al conducir por primera vez tras un estacionamiento prolongado. Se aconseja probar los frenos accionándolos suavemente para asegurarse de que funcionen como es debido. Es posible que se produzcan diversos ruidos al frenar (chirrido, rechinamiento, crujido…) durante los primeros kilómetros debido a la acumulación de corrosión, pero deberían desaparecer en cuestión de poco tiempo.
- Si los ruidos persisten, derivan en otros síntomas (como vibraciones) o incluso se inmoviliza el vehículo por agarrotamiento de las ruedas, la italiana aconseja consultar al profesional más cercano.
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