MOTOR OK habló con el presidente de AD Parts, Josep Bosch, y su director general adjunto, Juan Carlos Martín, del presente y el futuro de este grupo de distribución.
¿Cómo pueden afectar el desarrollo normativo europeo al desarrollo del mercado global?
Josep Bosch: “Europa tiene un efecto neutro, la normativa comunitaria no afecta para bien ni para mal”.
Pero en lo que respecta al acceso a la información técnica sí tiene una influencia regulatoria. Por ejemplo legitimando que los fabricantes cobren una cuota para acceder a la información técnica o incluso para poder validar el libro de mantenimiento tras hacer una revisión periódica, como por poner un ejemplo ha hecho Volkswagen cobrando cinco euros…
Josep Bosch: “Bueno, cinco euros se los gasta cualquiera en un par de cafés, es una cantidad razonable que no supone un entorpecimiento para el desarrollo de la actividad. De hecho, las directivas europeas lo que siempre han buscado es que las informaciones que pasan por los concesionarios lleguen al mercado de una manera libre”.
Juan Carlos Martín: “Esto no quiere decir que sea gratuito, solo es exigible que tenga un precio razonable que permita que exista libre competencia”.
Sin embargo a algunas asociaciones de talleres no les gusta nada la tendencia…
JB: “El problema que encontramos en el sector de automoción, que no encontramos en otros sectores, es que hay menos dinero. Y, si hay menos dinero, la gente gasta menos. Y esto lógicamente también nos afecta a nosotros. Pero por lo demás, las normativas europeas, en el sector del automóvil, nos afectan menos que a otros sectores. La gente está preparada para asumirlas”.
JCM: “De hecho, los lobbys automovilísticos, tanto de fabricantes cómo de distribución, están trabajando juntos, para que las normativas que se hacen desde Europa sean leales en este interés general de que la información sea abierta y al alcance de todo el mundo. De momento, las normativas comunitarias que se han hecho desde Bruselas no nos han perjudicado. Y la clave es que seguimos por este camino”.
De hecho, el presidente de AD International ha comentado que era un poco insuficiente el trabajo de hacer llegar a los talleres la información técnica.
JB: “Es una cuestión de libre competencia. Nosotros siempre pedimos algo más. Es evidente. Cuando sale un coche nuevo, querríamos tener toda la documentación para darla ya al taller mecánico y que no tuvieran que pagar por ella. Por su parte, las marcas querrían lo contrario: que ningún taller independiente reparase nada, y que sólo fuera posible reparar en los concesionarios de su marca. Son dos polos opuestos y cada uno tira hacia su lado. Todo acaba con un equilibrio”.
Y con este equilibrio en el mercado, en España, ¿cómo se está superando toda esta situación de crisis? ¿Cómo se ha visto afectada la actividad? ¿Volveremos a los niveles de trabajo de otras épocas?
JB: “No, yo creo que nos quedaremos aquí. Nos tendremos que ir adaptando a esto e ir progresando a partir de aquí, sin tener en cuenta lo que teníamos”.
¿Y en qué cambiará la estructura del mercado?
JB: “No cambiará excesivamente. El mercado se adaptará, creciendo poco este año, un 2 % o como mucho un 3 %. Las empresas del sector tienen la particularidad de que, después del impacto, se acomodan, tanto para bien como para mal. La gente se acomodará a sus posibilidades, a todos los niveles (particular, mecánico, distribución, etc.). Todos somos prisioneros de las disponibilidades económicas del individuo que anda por la calle”.
Pero el mercado está cambiando. Por ejemplo debido a movimientos de concentración en la distribución…
JB: “Por mi experiencia, la mayoría de los que un día se unen al cabo de un tiempo se separan”.
¿Son ciclos, no?
JB: “Sí, hoy dicen que lo que se lleva es la concentración, escuchamos voces de empresas que se van comprando las unas a las otras. Pero al cabo de un tiempo ves que se vuelven a separar. De repente se extiende la idea de que la gestión a pequeña escala es más eficiente, etc. En este ciclo siempre hay quién gana y quien pierde. Esto es así. Si nos fijamos en las compañías alimentarias, en macroeconomía, hacen lo mismo. Nosotros nos movemos en dimensiones diferentes, pero es más o menos lo mismo. El mundo desde que es mundo tiene cosas que van y cosas que vienen. Todo tiene sus ventajas. Y esto es así”.
¿Cuál es el principal proyecto de AD Parts a corto plazo?
JB: “Subsistir. Estamos inquietos y estamos trabajando por la continuidad en el sector, y si es posible por la progresión. Poder continuar en el mercado es ya un reto en esta situación”.
A pesar de estos cambios y su reconfiguración, AD Parts, por ejemplo, históricamente siempre ha apostado por una relación muy estrecha con los proveedores y las primeras marcas…
JB: “Sí, eso siempre. Nosotros tenemos dos elementos que son totalmente vitales para nuestro negocio: el cliente y el proveedor. Somos los intermediarios. Si no tenemos clientes, los proveedores no nos hacen falta. Pero si tenemos clientes y no tenemos buenos proveedores, no tenemos nada que venderles. Necesitamos a los proveedores. Sin el producto no somos nada. Es el elemento principal de la cadena”.
En esta época muchos clientes apuestan por marcas blancas o secundarias…
JB: “Nosotros, desde los inicios, tenemos una predilección innata por las primeras marcas. Sólo recurrimos a una marca propia (no una segunda marca, puesto que es de la misma calidad que la marca premium) cuando el mercado nos permite el beneficio que nosotros aspiramos a tener con la marca principal”.
Por tanto, según todo lo hablado hasta ahora, ¿podríamos decir que en el mercado de posventa en España, durante la crisis, lo único que se ha visto afectado es el volumen del negocio?
JB: “Exactamente. Y todo el mundo está intentando hacer lo mejor que puede. Algunos han plegado velas, porque los vientos no eran favorables. Otros se tienen que conformar con menos, o trabajar más para tener algo menos, que es lo que nos pasa a nosotros. Pero vaya, mientras hay vida hay esperanza”.
JCM: “Ha bajado el mercado en sí porque han bajado las reparaciones. Y se han bajado los márgenes. Y también ha aumentado la morosidad porque hay gente que, a pesar de que quiere, no puede pagar”.
JB: “Pero vaya, cuando lees los diarios y ves que los bancos tienen un 14% de morosos, piensas ¡vaya! Cuando el banco da crédito pide todo tipo de avales al cliente. En cambio, nosotros, que vamos a pecho descubierto y lo que hacemos es mirar sólo si podemos vender, pienso que la morosidad está siendo bastante respetuosa con nosotros”.
¿Esto es general? ¿O a veces puede afectar más a un socio grande que a uno pequeño? ¿O va por territorios?
JB: “Yo creo que en todas partes es igual. No hay diferencia entre Tarragona, Barcelona o Gerona. No es cuestión de localización ni de nada. Es cuestión de que nos encontramos con gente que ha perdido el trabajo, que no tiene dinero y que, en su casa, tiene algunas prioridades más urgentes para pagar. Mucho más urgentes que la factura del taller”.
Josep Bosch conoce bien el mercado, sin duda por ser uno de sus actores más veteranos. ¿Tiene la intención de jubilarse algún día?
JB: “Evidentemente, tengo intención de jubilarme. Pero esperaré hasta el momento en que sienta que no sirvo para lo que hago. Si fuera pintor, todavía pintaría si siento que lo hago bien. Si trabajara de operario en una fábrica y sintiera que ya no sirvo, quizás optaría por jubilarme ya, sí. Sin embargo, el trabajo que hago aquí es diferente. Pienso que, a pesar de la edad, todavía me defiendo perfectamente y me siento útil”.
JCM: “En cualquier caso, conste que cada año pone su cargo a disposición…”
JB: “Sí, así es. Yo sólo trabajo de año en año. Y si a final de año nos ponemos de acuerdo, continúo, y el día que no sea así, lo dejaré. Alguna vez he pensado en jubilarme, pero pienso ¿y entonces qué haría? ¿un viaje? ¿y cuando vuelva? ¿otro viaje? Leí en la prensa que un alto ejecutivo de Toyota se jubiló hace un par de años a los 92… ¡y que desde entonces solo se dedica al Consejo de Administración! Yo no creo que dure tanto tiempo, pero si llego hasta los 90 ya estaré muy contento (risas).
JCM: “Yo seguro que no llegaré” (risas).
JB: “Es broma. Quizás de aquí un año ya no estoy, quizás dentro de diez todavía estoy aquí…”
Josep Bosch lleva décadas en AD Parts, pero Juan Carlos Martín solo lleva tres años. ¿Qué es lo que más le sorprendió al llegar a AD Parts?
JCM: “La forma de tomar decisiones. No tiene nada que ver con cómo se hace en el mundo de los fabricantes Aquí las decisiones que se toman tienen que ser muy rápidas, te tienes que adaptar en el momento, casi en tiempo real, y eso marca tu actividad”.
JB: “También hace que nos equivoquemos mucho. Una decisión rápida es más arriesgada que una de más premeditada”.
¿Es más exigente el taller ahora con lo que quiere recibir a través de programas como Millenium? ¿Perciben esta necesidad de más información técnica?
JB: “Siempre ha sido así. Pero ahora son más conscientes. Se lo hemos hecho notar. Además, el taller ha evolucionado favorablemente, incorporando equipos de diagnosis, recibiendo formación. El taller español está bastante más preparado de lo que mucha gente piensa. De hecho, pienso que está mucho más preparado que el taller francés”.
Así pues, a pesar de la crisis que sufrimos desde hace 5 años, ¿ha habido un reciclaje muy importante, no?
JB: “Hemos ido evolucionando, sí. Los grupos se han preparado mucho para formar y han formado muy bien los talleres. El Millenium empezó hace ya quince años, pero es que nuestros talleres empezaron a hacer formación en 1989”.
JCM: “Pero esto no se hace en otros sectores. Esta protección y ayuda, para incentivar el progreso del taller”.
JB: “Pero es que si tú no proteges a los clientes, mal vas. El apoyo es necesario y hace falta que los talleres sean capaces de seguir los adelantos tecnológicos. Sin embargo, hace 30 años que se dice que miles de talleres van a cerrar, y ahí siguen la mayoría”.
¿En la posventa, internet también lo ha cambiado todo?
JB: “Utilizar internet para vender al cliente final es un sistema que no es deseable ni positivo. Ni por seguridad (la pieza se tiene que montar), ni por el sostenimiento de la actividad del taller. Si tú te compras un pollo y te vas a un restaurante para que te lo cocinen ¿qué te dirá el restaurador? Si el pollo es malo ¿quién responderá de las garantías? Quién tiene que velar para que esto no suceda es el fabricante de la pieza. El del taller mecánico también tiene que rechazar esta pieza”.
JCM: “Aún así, poder obtener piezas a través de internet es completamente lícito y todo el mundo es libre de hacerlo. Seguro que sale más económico, pero hay que diferenciarlo de lo que es la actividad principal de los talleres. O una cosa o la otra. Pero no creo que sean complementarias. Ya lo escogerán los clientes. Nosotros somos profesionales; no queremos vender esporádicamente una pieza”.
¿Pero esto está afectando al sector?
JB: “No demasiado. No es lo mismo comprar unos zapatos o un libro que un embrague o una rótula de dirección. Si realmente hubiera podido funcionar, seguro que habría sido muy bonito: no tienes personal, vendes las piezas, las envías… Pero la pieza no es como un libro, que si lo tienes te lo lees. Pero, con la pieza ¿qué haces?
Pero hay talleres a los que puedes llevar los neumáticos que te has comprado por internet y te cobran sólo el montaje…
JB: “Sí. Y es un error del neumatiquero. Lo acepta como consecuencia de la carencia de trabajo que pueda tener, pero cuanto más lo haga, menos trabajo tendrá en la que debería ser su principal actividad. Internet es un excelente medio por el trabajo que se puede hacer entre fabricantes, distribuidores y talleres. Es un correo. Aún así, con la venta por internet se genera un problema. Seguramente no es tan grande como en otros sectores, pero es un problema. Y, si va en aumento, empobrecerá el sector”.
Internet no solo ha cambiado el mercado en lo que respecta al cliente final, también entre talleres y distribuidores…
JB: “La verdad es que entre taller y distribuidor el mercado ha cambiado muy poco a causa de internet. Entre distribuidor y proveedor quizá ha cambiado más. Hay que tener en cuenta nuestro tipo de cliente, un taller que tiene una media de 2,7 personas trabajando. No pueden estar jugando con internet”.
También con las piezas de recambio, no solo con los neumáticos, hay empresas que te venden la pieza y te dicen en qué taller te la montarán…
JB: “Esto forma parte del negocio de venta al particular. A nosotros no nos gusta. Nosotros intentamos enriquecer el sector y la compra de piezas por internet aporta ningún valor añadido. En cualquier caso los mecánicos dispuestos a instalar piezas que no son suyas deben de ser pocos. Quizá lo hagan por compromiso, o pensando que, así, el cliente volverá. O quizá no tiene nada que hacer en aquel momento y así factura algo. Pero el mecánico también vive de facturar las piezas”.
¿Hay algún producto que realmente se haya desplomado a raíz de la crisis?
JB: “La carrocería, sobre todo. Todo lo que es mantenimiento se ha reducido, puesto que la gente los alarga en el tiempo, y todo lo prescindible se ha visto drásticamente reducido: arañazos, pequeños golpes, etc. Todo aquello que no inmoviliza el coche ha bajado mucho. En cambio, lo que es imprescindible se sigue haciendo, y los talleres resisten”.
Parte del aumento de los accidentes estos últimos años se ha debido a la vejez de los automóviles que circulan. ¿Son necesarias acciones de las administraciones para fomentar la renovación del automóvil?
JB: “Hoy en día el automovilista tiene destinado un presupuesto concreto al automóvil. Y no se gasta nada más. De poco serviría, pues, que las instituciones digan que hace falta que cambien una pieza en concreto. De la única manera que funcionaría sería si las administraciones subvencionaran esa renovación, pero no se hace ni creo que se haga”.
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