Con la entrada en vigor el pasado 15 de marzo del estado de alarma se suspendió el servicio de ITV para todo tipo de inspecciones de vehículos, también las de furgonetas y camiones reformados. Hablamos de modificaciones de importancia que, principalmente, persiguen el objetivo de adecuar dichos vehículos para el transporte de alimentos o medicinas, mercancías consideradas de primera necesidad en momentos como el actual.
Ante la incertidumbre de no saber cuándo se reabrirán las ITVs, la Asociación Andaluza de Fabricantes de Carrocería y Remolques (Anfacar) ha presentado oficialmente una petición al Ministerio de Industria para la habilitación urgente de unos servicios mínimos de ITV que permitan inspeccionar los vehículos que hayan sido reformados en este último mes y que por su actividad se consideren preferentes.
Anfacar pide que se adhieran a dicha petición «todo tipo de asociaciones de todo el territorio nacional cuyas empresas se vean gravemente afectadas por esta situación de parálisis de las ITVs».
Desde la asociación insisten en que la situación creada perjudica no sólo a los dueños de los vehículos profesionales paralizados o a los talleres ejecutores de dichas reformas, sino sobre todo al conjunto de la sociedad, que en estos momentos de emergencia «necesita más que nunca disponer de este tipo de vehículos circulando por nuestras carreteras a la mayor brevedad y con plenas garantías».
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