La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha emitido esta semana un comunicado en el que expresa su preocupación por la propuesta de la Comisión Europea de nuevas normas de emisiones contaminantes para coches y furgonetas (Euro 7) y camiones y autobuses (Euro VII). La entidad lamenta que el coste de la adaptación de los fabricantes de vehículos a estos nuevos requisitos frenará sus avances en materia de nuevas tecnologías y recuerda que «con las actuales normas Euro 6/VI, la UE cuenta con las normas más completas y estrictas del mundo en materia de emisiones contaminantes».
«La industria automovilística se toma muy en serio su papel de reducir tanto las emisiones de CO2 como las contaminantes. De hecho, el año pasado hicimos una propuesta muy constructiva para una nueva Euro 7 que supondría una importante reducción de los contaminantes criterio, mejorando así la calidad del aire», ha explicado Oliver Zipse, presidente de la ACEA y director general de BMW.
Desde ACEA lamentan que, aunque las emisiones de gases de escape ya están en un nivel apenas perceptible gracias a la avanzada tecnología de los coches modernos, «desgraciadamente el beneficio medioambiental de la propuesta de la Comisión es muy limitado, mientras que aumenta fuertemente el coste de los vehículos. Se centra en condiciones de conducción extremas que apenas tienen relevancia en la vida real».
La propuesta Euro VII es especialmente dura para los camiones, puesto que no tiene en cuenta el cambio (cada vez más rápido) hacia los vehículos de cero emisiones y tampoco tiene en cuenta el efecto de los futuros objetivos de CO2 para los vehículos pesados.
«Para cumplir con Euro VII, los fabricantes de camiones tendrán que trasladar importantes recursos de ingeniería y financieros de los vehículos eléctricos de batería y pila de combustible al motor de combustión interna. Esto afectará gravemente a nuestra transición hacia los vehículos cero emisiones. No es bueno para el clima, no es bueno para la salud de las personas y no es bueno para la industria», ha comentado Martin Lundstedt, director general del Grupo Volvo y presidente del Consejo de Vehículos Comerciales de ACEA. Y añade: «Los responsables políticos deberían centrarse en medidas que aceleren la renovación de la flota, dando prioridad a las inversiones en vehículos de cero emisiones que tendrán un impacto mucho mayor tanto en la calidad del aire como en la reducción de las emisiones de CO2».
Es probable que el paquete legislativo Euro 7/VII no esté listo antes de mediados de 2024, sobre todo teniendo en cuenta la larga lista de pruebas adicionales que abarca. Según ACEA, las fechas de aplicación propuestas (julio de 2025 para turismos y furgonetas y julio de 2027 para vehículos pesados) «no son realistas dado el enorme número de modelos y variantes de vehículos que deben desarrollarse, diseñarse, probarse y homologarse antes de esa fecha. Por lo tanto, Euro 7/VII corre el riesgo de ser muy complejo y costoso».
La asociación recuerda que las partículas procedentes de fuentes distintas del escape, como el desgaste de los frenos y la abrasión de los neumáticos, pronto superarán a las emisiones de partículas del escape. «Estas emisiones, que también las tienen los eléctricos, deberían ser el centro de atención tanto de Euro 7/VII como de la normativa de homologación de neumáticos, una vez que estén listos los nuevos y sólidos procedimientos de ensayo», concluye.
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