El Grupo ASER sigue divulgando la necesidad de un mantenimiento responsable de los vehículos, logrando con ello un objetivo doble: incrementar exponencialmente tanto la seguridad de las personas como la salud del medio ambiente. El grupo de distribución dedica su campaña «12 Causas ASER» del mes de mayo al sistema de escape, y para ello se apoya en sus proveedores AS y Wynn’s, especialistas en la fabricación y el mantenimiento (respectivamente) de esta parte fundamental de los automóviles.
Diagnosis del catalizador y del FAP: ¿qué puede ocasionar que fallen?
- Catalizador: Su función es la de transformar los hidrocarburos (HC) en agua y el monóxido de carbono (CO) en dióxido de carbono a través de una reacción química que se produce en el interior del catalizador. Si un catalizador ha fallado, probablemente el vehículo tenga un problema que no se solucionará sustituyendo esta pieza. Antes, será necesario revisar los siguientes aspectos:
- Puesta a punto del motor: Cuando un motor funciona fuera de sus correctas especificaciones, puede ocasionar un desgaste y daño adicionales en el catalizador, así como en el motor. El daño es a menudo resultado de: una incorrecta mezcla de aire y gasolina, un incorrecto retraso o avance de la ignición, un retraso en la chispa de la bujía, etc.
- Gasolina sin quemar llegando al catalizador: La gasolina debe quemarse únicamente en la cámara de combustión. Cualquier gasolina que salga de la cámara sin haberse quemado entrará en el sistema de escape y podrá encenderse, por la temperatura existente, dentro del catalizador. Esto puede sobrecalentarlo y causar su fusión. Posibles causas son: una incorrecta mezcla, incorrecto retraso o avance de la ignición, bujías defectuosas, sensor de oxígeno (λ) en mal estado, inyectores, válvula de control, etc.
- Aceite o anticongelante llegando al catalizador: Estos fluidos pueden obstruir el paso por el catalizador al crear carbonilla que impregna sus paredes cerámicas. Estos depósitos de carbonilla son sinónimo de problemas, puesto que impiden que el catalizador actúe sobre el flujo de gases y obstruyen los poros de la cerámica, lo que crea un aumento de la contrapresión e incluso un retorno de calor y de gases al motor (en ese caso, se reducirá el rendimiento del siguiente ciclo-motor y se experimentará pérdida de potencia y sobrecalentamiento de los componentes del motor). Posibles causas de ello son: segmentos desgastados, asientos de válvula desgastados, juntas defectuosas, componentes del motor dañados, etc.
- Bujías o cables dañados: Causan que gasolina sin quemar entre en el sistema de escape, se encienda dentro del catalizador (por su alta temperatura) y acabe en una fusión total o parcial de la cerámica. Las bujías y sus cables deben ser controlados regularmente y sustituidos si se detecta cualquier daño o desgaste.
- Sonda lambda dañada: Un fallo en el sensor da una lectura incorrecta de los gases de escape, ocasionando que se genere una mezcla muy rica (pudiendo fundirse la cerámica) o muy pobre (el vehículo no pasará la ITV ya que los hidrocarburos no se transformarán en elementos inocuos a su paso por el catalizador).
- Roturas o golpes en el catalizador: La cerámica de un catalizador está hecha de un material frágil, ligero y muy delgado. Está protegida por una densa banda aislante que la mantiene fija en su lugar y la protege frente a daños. Sin embargo, golpes contundentes o soportes rotos o con mala fijación en el sistema de escape pueden originar la fractura de la cerámica. Una vez fracturada, se irá soltando, interrumpiendo el paso de los gases y generando una mayor contrapresión que aumenta la temperatura del motor y reduce la potencia. En algunos casos, los trozos de cerámica pueden llegar a desmenuzarse, siendo posteriormente arrastrados por los gases y vaciando el catalizador.
- Filtro de partículas (FAP / DPF): Almacena las partículas de hollín que se producen durante la combustión y que tan dañinas son para el cuerpo humano. Estas partículas se eliminan (quemándose) durante un proceso específico llamado regeneración, convirtiéndose en gases inocuos. Adjuntamos aquí un esquema simplificado para el diagnóstico de un problema en el FAP.
AS, especialista en emisiones desde 1973
AS, fabricante de catalizadores y filtros de partículas (FAP) para automoción, se une a la iniciativa de ASER durante el mes mayo, un mes en el que la Central de Servicios espera que todo el sector, así como otras muchas actividades económicas del país, puedan regresar paulatinamente a la normalidad.
La empresa con sede central en Beriain (Navarra) produce todos sus FAP en dos calidades homologadas: la estándar, fabricados en cordierita y con referencias FDxxxx; y la superior, hechos de carburo de silicio y con referencias FDxxxxQ. Esta doble vía permite más de una posibilidad al cliente, sabiendo que contará siempre con un producto de garantías siempre que el coche se encuentre en buen estado.
Aunque inició su actividad con la fabricación de silenciadores y tubos de escape, fue a partir de 1996 cuando AS enfocó un cambio estratégico de producto al incorporar a su gama la fabricación de catalizadores para la reducción de emisiones de gases en los vehículos con motor de gasolina. Ya en 2001, la empresa incorporó a su gama la fabricación de catalizadores para motores diésel.
En 2002, el proveedor de ASER dejó de lado definitivamente los silenciadores para centrarse en el mercado de los catalizadores, logrando en 2013 incorporar a su oferta la fabricación de filtros de partículas (FAP o DPF) para vehículos diésel. Actualmente, AS es la especialista en emisiones con la mayor gama del mercado en el mundo del catalizador y el FAP, todos ellos de producción propia y homologados según la normativa europea vigente.
Con Wynn’s, el filtro de partículas siempre en condiciones
El filtro de partículas (DPF o FAP) es un componente del vehículo que preocupa a muchos conductores y talleres en el mundo. Apareció por primera vez en el año 2007, con la entrada en vigor de la nueva normativa de contaminaciones a nivel europeo. Dicha normativa estableció una reducción significativa de la cantidad de partículas de hollín (o PM) que podía producir un motor, lo que llevó a la introducción del DPF por parte de los fabricantes de automóviles para lograr reducir hasta en un 99% el hollín liberado al medioambiente.
Su material de fabricación más común es el carburo de silicio, un material poroso que permite la filtración del gas de escape reteniendo las partículas solidas de hollín producidas durante la combustión. La malla cerámica del DPF puede tener incrustaciones de óxidos de aluminio, titanio y paladio, que facilitan la regeneración del filtro de partículas.
El problema de esta tecnología ocurre cuando el DPF se satura u obstruye debido a la carga de hollín. En ese momento se enciende el indicador de avería motor y es posible que el vehículo pierda potencia y reduzca sus prestaciones. Para resolver este problema con rapidez y de forma económica, Wynn’s recomienda utilizar su solución Diesel Particulate Filter Regenerator. Este producto se basa en nanotecnología de catalizadores capaces de reducir en hasta 200⁰C la temperatura necesaria para la regeneración del DPF, logrando una limpieza veloz y eficaz del componente. Para ello, basta añadir un bote a medio deposito de combustible, dejar calentar el motor a ralentí durante 15 minutos y posteriormente conducir unos 30 kilómetros entre 70-100 km/h a velocidad constante.
Asimismo, otro de los elementos críticos para el DPF son los inyectores. Su mal funcionamiento (debido a la carbonilla acumulada en su tobera) ocasionará una mala combustión, lo que conllevará a una mayor producción de partículas de hollín y suciedad en otras partes del motor. Para evitar problemas, la marca recomienda el uso de Diesel Total Action Treatment (gasolina o diésel) que, añadido al depósito, tiene la capacidad de limpiar inyectores, turbo, EGR y DPF. En definitiva, una limpieza 360º del vehículo que ayudará a evitar costosos problemas.
Por último, Wynn’s dispone de un producto exclusivo para uso profesional: su DPF Off-Car. Se presenta en una garrafa de 5 litros que contiene un jabón perfecto para limpiar los depósitos de hollín y cenizas de los filtros de partículas (una vez desmontados). Su fórmula especialmente diseñada no daña los metales preciosos presentes en el DPF y asegura su perfecto funcionamiento una vez se vuelve a montar en el vehículo.
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