Tras un mes de enero enfocado a concienciar sobre el mantenimiento responsable de los componentes mecánicos del motor y su sistema de distribución, el Grupo ASER prosigue en febrero su campaña «12 Causas» poniendo el foco ahora en el mantenimiento del sistema de frenos. Para esta causa, el grupo de distribución de recambios cuenta con la colaboración de ‘Elige calidad, elige confianza’, la iniciativa para un mantenimiento responsable de los vehículos a través del uso de recambios de calidad que agrupa a los principales fabricantes de componentes de automoción.
ASER recuerda que el sistema de frenos es el máximo responsable de detener el vehículo en el menor tiempo posible, siendo el elemento de seguridad activa más importante y debiendo por ello ofrecer siempre un óptimo estado de funcionamiento.
Hoy en día, los frenos más habituales que equipan la gran mayoría de vehículos son los frenos de disco (pincha aquí y aquí para obtener útiles datos), pero muchos vehículos antiguos y coches pequeños y/o urbanos todavía equipan frenos de tambor en el eje trasero (descubre aquí y aquí interesante información sobre los mismos).
Desde ASER también explican que el material de fricción empleado en su fabricación debe cumplir con el reglamento ECE R90 europeo, el cual estipula el uso de un material de fricción de alta calidad y ecológico para respetar el medio ambiente al tiempo que se garantiza un buen control y eficacia de la frenada. Esta normativa también pone condiciones para asegurar que el sistema de frenos ofrezca unas altas prestaciones y sea un conjunto de calidad. Solo los proveedores de primer orden logran superar esta normativa, realizando una elevada inversión en I+D+i y ensayos para lograr hacerse con la preciada homologación.
Otro de los elementos principales del sistema de frenos es el líquido de frenos, cuya calidad (y si el producto está en buen estado) será crucial a la hora de evitar la corrosión y aumentar la vida útil de los componentes del sistema: bomba de freno, unidad ABS, latiguillos, etc. ASER indica que, como norma general, este líquido se debe cambiar como máximo a los dos años, utilizando siempre productos de la calidad recomendada por el fabricante.
¿Cómo saber que algo falla en el sistema de frenos?
- Si el vehículo frena poco, puede deberse a que le quede poco líquido de frenos, que las pastillas o zapatas estén desgastadas (chirridos) o que los discos (o tambores) estén desgastados.
- Si el freno se nota más «duro» (ofrece más resistencia) puede que haya un problema con el servofreno. Si el coche frena mal y pierde líquido, es posible que la bomba de freno esté en mal estado.
- Si se oyen chillidos o ruidos en alguno de los ejes, el forro de la zapata o de la pastilla puede haberse desgastado, haciendo que el metal roce con el tambor o en el disco.
- Si la carrera del pedal de freno es más larga de lo usual, esto puede ser indicio de fugas o agarrotamiento en de algún elemento del sistema o la avería del ajustador automático.
- Si en el frenado el coche tiende a «ladearse», el mecánico deberá comprobar la presión, desgaste y alineación de los neumáticos. Si estos se mantienen en correcto estado, puede que las pastillas estén mal asentadas o que el ajuste de los frenos sea desigual. También puede ocurrir que se haya colado grasa entre la pastilla y el disco, una fuga de líquido o una amortiguación excesivamente blanda.
- Si se nota el pedal de freno «blando», es posible que se haya introducido aire en el circuito o que el líquido de freno sea escaso.
Consejos de ASER para un correcto mantenimiento
- Cada 20.000 km y antes de desplazamientos largos, el automovilista debe acudir a un taller de confianza para revisar el estado de los discos y tambores, el espesor de las pastillas y zapatas, y la superficie de frenado.
- Cambiar siempre los frenos por pares en el mismo eje. La eficacia de frenada no solo depende de un buen rendimiento, también de que la frenada sea completamente estable en ambas ruedas del mismo eje. Por ello, ASER y ECEC piden a los profesionales del taller no hacer reparaciones parciales.
- Cambiar el líquido de frenos entre el año y dos años, dependiendo del tipo de líquido utilizado y de la indicación de cada fabricante.
- Cuando llegue el momento de sustituir los frenos, elegir siempre marcas fabricantes reconocidas en el mercado que ofrecen productos de la máxima calidad, durabilidad y seguridad.
- El material de fricción debe cumplir con el reglamento europeo ECE R90.
¡Nota importante para automovilistas!
Una vez sustituido el conjunto, y para obtener el correcto funcionamiento del sistema de frenado, ASER recuerda que es necesario realizar un rodaje de asentamiento, evitando frenazos bruscos durante los primeros 200-500 km. Además, no debe acudirse a pasar la ITV hasta no haber completado ese rodaje de asentamiento, ya que la falta de adaptación no permite una frenada eficaz y compensada.
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