El carpooling se está diversificando más allá del trayecto oficina‑casa. Cada vez más universidades, hoteles, eventos, polideportivos y ayuntamientos integran el coche compartido para cubrir distancias cortas donde el transporte público no llega o no es eficiente. La tendencia responde a tres palancas: flexibilidad horaria, ahorro de costes y sentimiento de comunidad.
Quién lo usa y por qué crece
El coche compartido está ganando tracción entre universitarios, profesionales con horarios flexibles, trabajadores de fin de semana, asistentes a eventos y estudiantes de FP. Para todos ellos, compartir trayecto permite reducir gasto, mejorar la accesibilidad y acortar tiempos en contextos urbanos densos y cambiantes.
Organizaciones que ya lo incorporan
Más allá del mundo corporativo, universidades, centros formativos, cadenas hoteleras, polideportivos, eventos culturales y administraciones locales están activando plataformas de carpooling para facilitar el acceso a sus instalaciones y descongestionar la ciudad.
Una movilidad más humana
El coche compartido se consolida como una herramienta para reconectar territorios, mejorar la conciliación y construir ciudades más inclusivas gracias a desplazamientos más libres, económicos y responsables.
“Creemos que el carpooling tiene el potencial de transformar no solo cómo nos movemos al trabajo, sino cómo nos relacionamos con nuestra ciudad. Compartir coche significa hacer más accesible, eficiente y humana la forma en que nos desplazamos cada día”, concluye Paloma Martín, CEO y cofundadora de Hoop Carpool.
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