La canadiense Geotab, empresa especialista en el desarrollo de soluciones para la gestión de flotas, acaba de publicar un informe en el que se analiza la degradación de las baterías eléctricas en el sector automovilístico. Lo leemos en el portal digital movilidadelectrica.com.
Tomando como referencia para el estudio unos 6.300 vehículos de hasta 21 modelos diferentes, los resultados del informe constatan que estas baterías pierden de media cada año un 2,3% de su capacidad energética. Así, se calcula que una batería eléctrica mantendrá el 90% de su capacidad inicial tras seis años y medio.
La refrigeración, clave para una larga vida útil
Asimismo, Geotab refleja en su estudio la influencia de la refrigeración de las baterías para su durabilidad. De hecho, son los distintos sistemas de refrigeración los que explican que las baterías de un Tesla Model S alcancen una degradación anual de solo el 2,3%, mientras que las del Nissan Leaf sufran un desgaste de prácticamente el doble (4,2%).
Consecuentemente, el clima también es un factor que incide en la longevidad de esta tecnología. En este sentido, las baterías que operan y «descansan» en climas cálidos se degradan con mayor rapidez que las que se encuentran a bajas temperaturas.
Adicionalmente, el estudio de Geotab permite saber que la degradación de estas baterías no es lineal en el tiempo, que no se degradan en proporción al uso del coche y que, como ya saben los más puestos en la materia, las cargas rápidas acentúan su pérdida de capacidad.
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