La eficiencia en el taller es un valor al alza que permite destacar y obtener una ventaja competitiva. Este hecho diferencial cobra especial importancia en la actualidad, con la aparición de los clientes conectados y su exigencia en cuanto al tiempo.
Conscientes de ello, GT Motive repasa algunas de las prácticas que pueden ayudar al objetivo de tener un taller más eficiente:
1. Liderazgo 2.0
El líder del taller no solo tiene que encargarse de supervisar, monitorizar y controlar. Debe, además, estar comprometido con la mejora continua y transmitir su compromiso con el resto del equipo. Esta figura debe apostar por una actitud estratégica y planificadora, implantando y promoviendo la formación continua.
2. Definición de objetivos y roles
Se deben definir claramente los objetivos del taller y darlos a conocer al equipo, además de transmitir los roles y tareas de cada miembro. Solo de este modo, su trabajo estará alineado con la filosofía y metas del negocio y se evitarán dudas o desviaciones. Conocer los objetivos, tanto individuales como grupales, facilitará siempre el trabajo de los empleados y contribuirá a un mayor rendimiento.
Es necesario considerar los objetivos del taller a corto plazo, pero también los de medio y largo plazo. También es importante tener en cuenta pronósticos de demanda futura de los productos y servicios del taller, para tener claro el rumbo y tomar decisiones consecuentes.
3. Definición y distribución de tareas
Además de fijar los objetivos, se debe diseñar y definir el proceso de trabajo del taller. ¿Cuáles son las tareas del flujo de trabajo del taller? ¿Cómo se realizan? ¿Qué herramientas y materiales requieren? ¿Quiénes son los responsables de cada tarea? Son preguntas que pueden ayudar al control del flujo de trabajo, así como a su estudio para poder optimizar tareas. Las agendas y la priorización de tareas pueden ser de utilidad.
4. Comunicación y colaboración
La colaboración permite aumentar el rendimiento y productividad a través del intercambio de conocimientos y opiniones, el aporte de ideas creativas y una buena comunicación.
La comunicación posibilita la transmisión de objetivos, la recogida de feedback del equipo, el intercambio de ideas… además de contribuir a involucrar al equipo.
5. Establecer una cultura de mejora continua
Fomentar la colaboración, animar al intercambio de ideas, premiar las propuestas que contribuyan a la mejora en el taller, son ejemplos de acciones que acercan esa cultura de mejora continua.
La orientación a la mejora y a la máxima calidad ayudarán a disminuir errores y a reducir las posibilidades de que un cliente salga insatisfecho.
6. Formación
La formación es clave para aumentar la competitividad y rendimiento en el taller. Un trabajador formado tendrá más conocimiento y recursos para responder a las demandas del negocio. También permitirá a los empleados del taller responder a las nuevas exigencias y evoluciones del mercado, adaptarse más rápidamente a los cambios o adquirir nuevas habilidades que permitan incrementar la calidad del trabajo y servicio.
7. Reconocimiento
El hecho de reconocer el trabajo bien hecho, el esfuerzo y la dedicación del empleado o equipo, contribuye a aumentar la satisfacción y motivación de los profesionales del taller, influyendo positivamente en su rendimiento. Los reconocimientos pueden ser de diferentes tipos, como obsequios, comida con el equipo o felicitación mediante conversación informal. Además, el reconocimiento sirve de guía y refuerzo sobre las buenas prácticas y competencias en el taller.
Para finalizar, si el taller desea comprobar su grado de eficiencia, puede ayudarse de la monitorización y métricas, las cuales le servirán de apoyo en la toma de decisiones.
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