MotorOK visita las nuevas instalaciones de BESA

Su nuevo centro en Azkoitia se erige por méritos propios como un referente del sector en la industria española. En esta crónica te explicamos los motivos de su éxito y te mostramos las entrañas de uno de los almacenes de pintura más modernos de Europa.



Gerard Compte | Barcelona

Aterrizamos en el aeropuerto de Bilbao a primerísima hora, con el Sol aún en fase REM en un día frío y gris. De camino hacia las instalaciones de BESA, situadas en la localidad de Azkoitia, se cumplen los peores pronósticos: llega la lluvia. “Es matinal, no durará mucho”, nos reconforta José Luis mientras nos conduce a través de unos parajes realmente hermosos. Tal y como predijo, la lluvia deja de ser una amenaza incluso antes de llegar a nuestro destino. Nada como la sabiduría y experiencia de quien conoce su tierra.

Durante el trayecto, dejamos atrás las antiguas instalaciones de la especialista en fabricación de pinturas y recubrimientos especiales, situadas en una ladera de Elgoibar. El amable taxista asegura que la nueva BESA es gigante y que lo que allí veo pronto careció de espacio y funcionalidad para las proporciones actuales de la compañía. Engañado por las no muchas naves industriales que he tenido el gusto de visitar durante mi corto recorrido por este sector, pienso que quizás no será para tanto.

Pero cuando llegamos al polígono Ugarte de Azkoitia y esperamos a través de un largo tramo asfaltado a que nos den paso para poder cruzar la barrera de seguridad, empiezo a comprender la magnitud del asunto. Cuesta arriba, giro a la derecha rodeando un magnífico pino de origen italiano –emblema de BESA– y llegamos a las instalaciones. En ese momento, siento la necesidad de pensar en voz alta y le reconozco a José Luis que, efectivamente, no me esperaba algo tan grande.

instalaciones de BESAComo en un escaparate

Pero la nueva BESA no es solamente grande. A menudo, los espacios sobredimensionados tienden a la dejadez con la sensación por parte de sus responsables de que el desorden, si dispersado, es menos desorden. Este no es el caso que nos ocupa. El complejo está tan bien diseñado y construido como mantenido. Ni un papel en el suelo ni una zona verde descuidada ni rastro de suciedad por ningún lado. Como el escaparate de una firma cara, pero en un entorno de constante trabajo y empleo de maquinaria pesada.

A nuestra llegada nos recibe Amaia, Responsable de Marketing de BESA. Mientras esperamos al resto de medios convocados para la presentación, investigamos las oficinas de trazos modernistas en las que nos encontramos. Un entorno natural incomparable y el mismo aspecto pulcro ya percibido en la zona exterior dan las primeras pistas sobre el carácter de la empresa: perfeccionista, respetuosa consigo misma y orgullosa de sus orígenes.

A estas alturas de la mañana, el Sol ya brilla radiante y aunque el ambiente persiste frío, hace un día de escándalo. Hemos tenido suerte.

Una historia de éxito

Llegan el resto de compañeros periodistas y somos recibidos por el equipo directivo de BESA, quienes serán nuestros guías durante esta jornada: Guillermo Ecenarro, Director General, Ernesto Ecenarro, Director Comercial (ambos Consejeros Delegados), y Borja Eléxpuru, Director de Ventas para España e Italia. Un café, cruce de primeras impresiones para romper el hielo y nos metemos en una amplia aula para recibir una primera charla en la que Ernesto explica los orígenes y evolución de la compañía a través de sus más de 50 años de historia.

instalaciones de BESADesde los primeros pasos de BESA en el terreno de las pinturas, en 1963 y con venta exclusiva al territorio vasco, hasta el reciente traslado a Azkoitia desde Elgoibar en 2014. Un periodo de tiempo en el que la empresa, de origen humilde, creció gracias al empuje e iniciativa de su fundador Bernardo Ecenarro –nombre originario de la empresa–, lanzándose primero hacia la fabricación de disolventes (1975) y apostando tres años después por las pinturas para industria y carrocería. Su progresiva expansión, plasmada en hechos como la compra de la fábrica de pinturas industriales vizcaína Artiach en 1985, el lanzamiento en 1992 de su sistema tintométrico universal Urki-System –con la flexibilidad que eso aportó a la labor de los distribuidores–, su entrada en los mercados francés y portugués un año más tarde, o la presencia en ferias de alcance nacional e internacional a lo largo de los últimos 20 años, ponen de relieve la identidad evolutiva y de constante desarrollo del fabricante.

Este año, además, BESA ha presentado al mercado su nueva línea Glass & Plastic, que ofrece soluciones de protección y decoración en el pintado del vidrio y el plástico. Las propuestas pensadas para el metal (imprimaciones, anticalóricas, barnices, catalizadores, aditivos o disolventes), junto al vidrio y al plástico, completan la línea de productos Industria de BESA que, junto a la línea de productos Carrocería y las soluciones Urki-System y Urki-Mix, componen el total de la oferta comercial de la multinacional.

Y llega la visita

Tras esta aproximación teórica a la empresa, nos preparamos para el plato principal de la jornada: la visita guiada. “Tocará caminar”, pienso mientras recuerdo la amplia vuelta que el coche tuvo que dar al complejo para llegar a la zona de aparcamiento. En concreto, un total de 110.000 m2, de los cuales 40.000 m2 suponen superficie ya construida y otros 14.000 m2 están listos para su edificabilidad en planta. El área de fabricación ocupa 17.000 m2, mientras que el almacén automatizado –el primero de tipo inteligente para pinturas en España– supera los 7.000 m2. Por su parte, la zona de materias primas ocupa más de 2.000 m2, por 2.000 m2 de las oficinas y 500 m2 destinados a su Centro de Formación. Tan grande es, que hasta se introdujeron varias bicicletas en la empresa para facilitar y agilizar el movimiento interno de sus trabajadores.

Empezamos por el área de materias primas, adjunta a una zona exterior con grandes tanques contenedores de acero inoxidable acubetados por motivos de seguridad, donde los camiones vacían sus depósitos de resinas y disolventes. En esta primera zona se dosifican y mezclan las fórmulas por predispersión, para posteriormente moler el pigmento con distinto número de molidas en función del producto. En esta zona, comentan, se fabrica alrededor del 33% de su producto.

Salimos de este departamento y, vigilando de no interponernos en el camino de un AGV (Vehículo con Guiado Automático, sin asistencia humana) que parece bastante atareado, nos acercamos a la zona de I+D+i. Un total de 17 técnicos especializados y dotados con la última tecnología para el desarrollo y control de los productos, supervisan los procesos actuales de BESA e investigan nuevas soluciones para el mercado. Sus objetivos, nos comentan Guillermo y Ernesto, son muy claros: lograr la satisfacción del cliente cumpliendo con la legislación vigente, ofreciendo el mejor producto y anticipándose a los constantes cambios de la industria química.

Antes de abandonar esta parte, se nos enseña el área de ensayos acelerados. Aquí, diversas máquinas trabajan sobre el producto simulando condiciones de todo tipo para testar su durabilidad, degradación y corrosión. Las pruebas de exposición prolongada al agua, a los rayos ultravioletas, a la humedad o a la niebla salina garantizan la calidad final del producto.

Junto a todo este equipamiento de laboratorio se encuentra la tercera zona: la de fabricación. Funciona de forma totalmente automatizada y con equipamiento de última generación. Tres agitadores con capacidad para trabajar con cuatro depósitos de forma simultánea y un flujo de fabricación que se controla de forma manual por un operario, suponen el 66% restante del total del producto fabricado. Se nos garantiza que este sistema logra la máxima productividad y eficiencia, y a buen seguro que es así: producción, completado, envasado, fabricación de las cajas, paletización de las mismas, traslado al almacén… multitud de procesos trabajando paralelamente o de forma enlazada de forma armoniosa en lo que supone una de las máximas expresiones de tecnología al servicio del hombre.

instalaciones de BESAFinalmente, la joya de la corona: el almacén inteligente. Un sistema logístico de ULMA Handling Systems que destaca por su imponente estructura de 30 metros de altura –25 metros efectivos– que se encarga de los pedidos en su última fase, desde el final de la producción hasta la expedición. ¿Ventajas? Convertir el tedioso proceso de picking en algo rápido y sencillo, controlar con mayor eficiencia los stocks disponibles y dejar que los errores queden en algo prácticamente anecdótico. Además, el sistema ofrece parámetros de trabajo tales como la colocación más accesible de aquellos productos de más demanda y por lo tanto mayor rotación dentro del almacén, o la capacidad de detectar los productos de mayor antigüedad y darles prioridad de salida sobre aquellos recién incorporados. Sorprende la cifra que nos facilita Guillermo, y es que la ocupación actual del almacén es de apenas el 60%. Y no por falta de stock, sino por el cálculo previsor y ambicioso de sus responsables. Su intención, aunque a largo plazo, no escapa a nadie: ocupar el total de estanterías del sistema de almacenaje y verse obligados a ampliar aún más la ya gigante estructura.

Toda esta tecnología ha permitido a BESA reducir los plazos de entrega, de los tres días contemplados en 2014 a las 24 horas actuales. Algo que también ha generado ligeros problemas a algún cliente, reconoció Guillermo entre risas: “A veces, el cliente te pide incluir nuevos productos al pedido que realizó ayer mismo, pero cuando te lo comunica resulta que el pedido ya le está yendo de camino”.

¿Y la inversión total de la instalación? No dan cifras, pero sí una respuesta razonable: “Hemos invertido una parte importante de lo ganado a lo largo de la trayectoria de la empresa”, clarifica Ernesto. ¿Ayudas? “Ninguna, pero tampoco las hemos pedido ni necesitado. Buscamos vías de financiación propias y supimos aprovechar las oportunidades que brindan los periodos de crisis”, concluye Guillermo.

Paso firme, crecimiento constante y conclusiones positivas

Volvemos al aula y asistimos a una última presentación, en la que se nos exponen las cifras y los mercados de BESA. Con 43 millones y medio de euros de facturación estimados para este año y un crecimiento del 40% desde 2012, el balance que hacen Guillermo y Ernesto no puede ser otro que positivo. También se nos destaca el importante crecimiento de los productos destinados a la carrocería, que representan ahora un 45% del total frente al 36% que suponían en 2012.

La empresa la forman un total de 85 trabajadores, con un equipo de ventas de 22 personas repartido de la siguiente manera: 12 delegados en España, cuatro en Francia y seis destinados a las exportaciones. ¿Su misión? “Apoyar la venta de los productos Bernardo Ecenarro, trabajando codo con codo con vendedores y distribuidores para potenciar la prescripción y la venta del producto”. Los seis últimos, además, tienen la misión de buscar nuevos mercados para la empresa.

Ernesto pone especial énfasis en las labores formativas de la compañía: “No existen almacenes de pinturas especializados en pintura industrial, ni en este país ni en la mayor parte; han sido los almacenes de carrocería y decoración los que han derivado sus ventas hacia la industria, y ahí es donde entramos nosotros, apoyando y formando a los vendedores de los distribuidores para que entiendan cómo se vende la pintura en un entorno tan concreto como el industrial”. Más de 40 cursos al año enfocados a clientes del mercado nacional y de exportación demuestran su compromiso.

Ya hablando de los mercados y su evolución, vemos el incremento paulatino del comercio internacional, que de suponer el 40% en 2012 pasará este año a representar prácticamente el 50%. “Nosotros seguimos creciendo en España, pero la potencialidad del resto del mundo es incomparable a la de un único país”, destaca Ernesto, que nos comenta el peso específico del mercado francés: «lo mimamos mucho, representa el 25-30% de la cifra de facturación en exportaciones y es uno de los más importantes junto a Canadá y Estados Unidos, donde estamos presentes a través de una filial joint venture ubicada en Montreal”. En Europa, son Polonia, Hungría, Alemania o Reino Unido los mercados de mayor peso para BESA.

Presencia en más de 50 países, más de 300 distribuidores y protagonismo en los cinco continentes resumen el carácter global de BESA, aunque como reconocen, “aún queda mucho trabajo por hacer”. De todas maneras, la compañía no se impone objetivos concretos en cuanto a cuotas de mercado. Ernesto afirma que el ritmo de crecimiento llega de manera natural, “haciendo las cosas bien e invirtiendo en tecnología y recursos humanos de forma progresiva”.

José Luis llevaba razón

Tras el turno de preguntas, nos desplazamos a un restaurante cercano para concluir la jornada. Un menú excelente y un distendido tiempo para hablar de todo un poco, ponen el broche a una visita que nos deja una cosa clara: José Luis, el taxista, instalaciones de BESAno exageraba. El orgullo con que el conductor hablaba de BESA, de la capacidad de sus gentes y de la tradición industrial de la zona no eran fruto de un desmedido amor y orgullo por la tierra. O quizás sí, pero en este caso, deseo y realidad encajaban al detalle.

El antiguo vertedero de Oñeder rezuma ahora modernidad, tecnología y cantidades industriales de trabajo bien hecho. BESA siempre ha ido en serio, pero su apuesta por ir a más queda patente tras nuestra visita a sus nuevas instalaciones. Con su mastodóntico almacén ocupado al 60% y los miles de metros cuadrados aún disponibles para edificar, tenemos el presentimiento de que estos dos años en Azkoitia son sólo el principio de una exitosa historia. En MotorOK, desde luego, les vamos a seguir muy de cerca.

Pinchando en este enlace, podréis ver el reportaje fotográfico sobre nuestra visita a las nuevas instalaciones de BESA.

 

Más información en www.besa.es

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