LOS CILINDROS DE RUEDA DE TRW LIDERAN LAS PRUEBAS DE DURABILIDAD CON UNA VIDA ÚTIL DE UN MILLÓN DE CICLOS GRACIAS A LA INNOVADORA CONEXIÓN DE METAL A GOMA
Madrid, Mayo de 2012: El programa, líder del mercado, de cilindros de rueda de TRW ha obtenido los mejores resultados en una serie de pruebas de durabilidad, en las que sus piezas han superado en un 16% a sus competidores inmediatos y han alcanzado una vida útil media de un millón de ciclos. Todo ello gracias al uso de una innovadora junta de conexión de metal a goma en los cilindros internos con válvulas reguladoras de presión (PCRVi), que reduce sobremanera las fugas que pueden provocar la contaminación interna de la pieza y acortar la vida útil del producto.
Este estudio de referencia, encargado por TRW Automotive Aftermarket, comparó sus componentes con las piezas de sus competidores, que emplean la más habitual junta de metal a metal. Se valoraron los siguientes factores: durabilidad y resistencia, contaminación y limpieza, final de línea, control durante el proceso y propiedades de los compuestos de goma. Todas las piezas fueron sometidas a las mismas pruebas estándares de EO (Equipo Original), con las mismas condiciones y en el mismo entorno. Las pruebas de control funcionales constaron de: fugas en fase de alta y baja presión, punto de corte de la presión y relación de válvulas.
Las pruebas demostraron que las piezas que emplean juntas de metal a metal en los cilindros PCRVi conllevan un riesgo mayor de fallos y una vida útil más corta. Esto se debe a que, durante el proceso de producción de las juntas de metal a metal puede provocarse contaminación interna o producirse errores de mecanizado.
Barbara Koerfer, de TRW, nos explica: “Las piezas que examinamos de la competencia mostraron signos de contaminación. Tenemos una tasa de devolución cero en cilindros de rueda de TRW, y queríamos demostrar que se debía a la junta de metal a goma que utilizamos».
“La junta está fabricada de conformidad con las especificaciones de EO y posee las siguientes propiedades: alta resistencia a la tracción y al desgarro, baja deformación permanente por compresión (máx. 20%), alta resistencia al envejecimiento en contacto con el aire y con temperaturas elevadas (150-200 grados Celsius), y resistencia elevada al líquido de frenos (cuatro semanas a 150 grados Celsius); lo que elimina cualquier tipo de contaminación durante el proceso de fabricación o después de la instalación de la pieza en el vehículo».
Antes de salir al mercado, todos los productos de TRW se someten a una serie de pruebas rigurosas, tanto en el laboratorio como en la carretera, para las que se emplean las tecnologías más modernas.
Barbara prosigue: “Nuestros cilindros se fabrican en líneas totalmente automatizadas que utilizan control de sistema de cámara para el montaje del pistón. También llevamos a cabo pruebas neumáticas completas de final de línea. Garantizamos una precisión total gracias a la utilización de sensores con una resolución de 1.000.000. La prueba se realiza mediante un método manométrico, que, al emplear la reducción de la presión absoluta, resulta fiable, repetitivo y seguro».
«Por último, creo que es importante que nuestros clientes sepan que no aceptaremos nada que no alcance los más altos estándares de TRW para nuestros cilindros de rueda”, concluye Barbara.
“Más del 90% de la actividad de TRW corresponde a EO; se trata del eje principal de nuestro negocio de componentes. No podemos perjudicar nuestra reputación fabricando componentes deficientes para el automóvil. Con el estándar de EO como referencia, tenemos la responsabilidad de suministrar a nuestros clientes un producto de la máxima calidad. El sistema que utilizamos se denomina «de seguridad positiva». Lo que significa, simplemente, que si los sensores detectan el más mínimo indicio de contaminación, la máquina arrojará un resultado negativo de la prueba, se detendrá y será examinada a fondo.”
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